CESUGA (Centro de Estudios Superiores Universitarios de Galicia) celebró esta mañana en su sede de A Coruña la segunda edición de Diálogos en el Atlántico, una jornada patrocinada por Banco Sabadell en la que se abordaron, desde la reflexión y el debate, temas como el cambio climático y la sostenibilidad medioambiental en la agenda pública, la cohesión territorial o la importancia de atraer y retener talento como capital humano esencial para el desarrollo social y la generación de riqueza.
El encuentro, bajo el título Sociedad e impacto positivo, estuvo presentado por el profesor Venancio Salcines, presidente del consejo rector de CESUGA, quien apostó por la transformación de la sociedad “como un espacio de valor compartido”, y por Pablo Junceda, director general de Sabadell Gallego y director general adjunto de Banco Sabadell, que incidió en la misma idea. “La sociedad civil y las personas que la impulsan constituyen uno de los valores más valiosos a la hora de afrontar esa formidable tarea de defender, impulsar y arropar a las personas y a todo lo que nos rodea con el horizonte puesto en la justicia, la equidad y la creación de riqueza sostenible, repartible y cuidadosa con el medio ambiente”, señaló.
Moderados por la periodista Ana Peón, participaron también como ponentes en esta nueva edición de Diálogos en el Atlántico la vicepresidenta segunda de la Xunta y conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, Ángeles Vázquez; la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo; y el presidente de la Fundación Arume, José Carballo.
Ángeles Vázquez apostó durante su intervención por la implicación y la colaboración de los sectores público y privado para hacer frente al cambio climático y destacó las estrategias e iniciativas que ha puesto en marcha la Xunta -en sectores como la energía, la economía circular, la ley de residuos y suelos contaminados, el pacto de las alcaldías o la alianza gallega por el clima- que han logrado situar a Galicia, dijo, como uno de los territorios que lideran la acción climática y energética. “Son políticas justas que hay que llevar a cabo con sentidiño. El cambio climático es un problema global y la solución debe ser local”, aseguró.
Por su parte, la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, aludió al proceso “lento y complejo” para alcanzar la sostenibilidad y abogó por la colaboración de la propia sociedad, el papel de agentes como las fundaciones “para ser altavoz y que el mensaje cale” y la aportación clave de la ciencia y el conocimiento. “La transformación real requiere más tiempo e inversión. Si no, sólo sería maquillaje, y el maquillaje penaliza”, apuntó.
José Carballo, presidente de la Fundación Arume, cuyo objetivo principal es la preservación de la sostenibilidad de los bosques de pino gallegos, calificó los ODS (los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU) como “la primera Constitución medioambiental del planeta” y animó a las empresas a adoptar estos planteamientos como parte de su cultura y su estrategia de negocio, a crear su propio relato y a incorporar en él una mayor preocupación por el territorio en el que se asientan y por las comunidades locales con las que conviven . “La economía verde es una oportunidad, no un coste ni una carga”, dijo.
Durante el encuentro, tanto Sanjurjo como Carballo pusieron el foco también en el mundo rural. La directora de la Fundación Princesa de Asturias aseguró que cada vez más personas quieren volver al rural, que necesita ser reconocido y reivindicado. “Hay mucha gente que quiere ser de pueblo. Y eso se consigue con conectividad y servicios, con internet y buenas comunicaciones”, indicó. El presidente de la Fundación Arume, por su parte, sugirió una “discriminación positiva en favor del rural” y destacó la importancia de la economía colaborativa y la sinergia entre lo público y lo privado. Para ello puso como ejemplo la decisión de que, a partir de 2024, las nuevas construcciones de edificios públicos licitadas por la Xunta incorporen al menos un 20% de madera estructural: “Se aprobó con la unanimidad de los tres grupos políticos del Parlamento gallego. Esa es la clave”.