Una ciudad ambulante toma el Coliseum: así es por dentro un espectáculo del Circo del Sol

120 trabajadores, 2.000 piezas de vestuario y espacios como gimnasios definen a ‘Corteo’, el espectáculo que se podrá disfrutar en la urbe hasta el 4 de mayo
Una ciudad ambulante toma el Coliseum: así es por dentro un espectáculo del Circo del Sol
Los acróbatas del Circo ensayan una parte del espectáculo | Quintana

Desde que 'El Castillo Ambulante’ nos enseñó que hasta una fortaleza medieval podía caminar, a pocos les debería sorprender que una ciudad también lo hiciese. El enorme despliegue que efectúa el Circo del Sol, toda una urbe humana en movimiento, con cada uno de sus espectáculos, asombra no obstante a propios y extraños. 


Las cifras marean. 24 grandes camiones, vaciados en apenas doce horas, descargaron en el Coliseum coruñés más de 2.000 piezas de vestuario entre trajes, zapatos y diversos objetos de utilería que los 53 artistas y acróbatas del Circo utilizarán desde hoy y hasta el día 4 de mayo en el show ‘Corteo’. Casi dos semanas llenas de luz y colores para una ciudad en la que nunca se había celebrado aún este espectáculo concreto, que cumple el presente año su veinte aniversario, y que más de doce millones de personas a lo largo del globo han visto en estas dos décadas.

 

 


Los artistas se cambian de vestuario entre dos y siete veces por función. Además, cada uno se encarga de su propio maquillaje. Para ello resultan cruciales el resto de trabajadores, que se aseguran de que todo esté perfecto. Entre los acróbatas y los diversos técnicos (de luces, de cámara, de sonido, de equipo o de coreografía, entre otros), 120 personas viajan continuamente por el mundo maravillando al público con la magia circense.

 

En constante movimiento


La vida en el Circo del Sol supone todo un desafío logístico, y más teniendo en cuenta que hay personas de 28 países distintos en este crisol multicultural y plurilingüe que es ‘Corteo’. Acentos germanos, portugueses, japoneses, británicos e incluso españoles son la tónica de una rutina entre bambalinas en las que los artistas cuentan con espacios como gimnasios, camerinos, zonas de descanso e incluso una lavandería propia. Alexandra Gaillard, responsable del Circo del Sol, explica que una vida en constante itinerario puede ser complicada. Pero ayuda a sobrellevar las posibles penas y nostalgias que “seamos como una familia”. “Celebramos las Navidades o los cumpleaños juntos, nos ayudamos”, explica. 


“El Circo es como una ciudad pequeña: tenemos cocineros, técnicos de todo tipo, peluqueros... A veces es un poco difícil porque no podemos volver a casa todo lo que nos gustaría, pero lo bueno es que viajamos por todo el mundo y que de algún modo sentimos que esta es nuestra casa”, comenta otro de los responsables, Francisco Nava. Una labor, asegura, para la que hay que tener vocación: “Ver las expresiones en las caras de las personas es lo que a mí más me motiva para estar en el Circo. No solo es un trabajo, es una experiencia”.

 

Celebrar la vida


Para el acróbata Francis Croft, que lleva siete años en ‘Corteo’, fue “un sueño hecho realidad” llegar a trabajar en el Circo. Si bien manifiesta que tiene sus dificultades: “Esta vida necesita mucho trabajo de adaptabilidad. Viajamos cada semana, tienes que acostumbrarte a apenas tener pertenencias y vivir lejos de tu familia y amigos. Pero esa es la razón por la que lo hacemos: para viajar y contar una historia como esta, que celebra la vida”.


Todavía quedan entradas disponibles para las funciones de ‘Corteo’ en portales como Ataquilla.com o la página web del Circo del Sol. Sus artistas, tras conocer estos días A Coruña, emprenderán la marcha hacia Pamplona, antes de cruzar el mundo y recalar en Australia y Nueva Zelanda, donde seguirán maravillando al público con su show. 

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