La Ciudad Vieja hace balance diez años después del inicio de su peatonalización: “Muy positiva”

La Ciudad Vieja hace balance diez años después del inicio de su peatonalización: “Muy positiva”
Un coche circula por el centro del casco histórico | Javier Alborés

Hoy en día es posible pasear por las calles enlosadas de la Ciudad Vieja sin encontrar más que otros peatones. Pero hubo un tiempo que no fue así: durante muchos años, el casco histórico de A Coruña fue empleado por aparcamiento por los conductores que se desplazaban hasta el centro a diario. Los coches desaparecían por la noche para reaparecer al día siguiente. En su momento, fue una medida polémica, sobre todo entre los vecinos sin garaje, pero hoy en día parece existir consenso de que fue una mejora, aunque para la asociación del barrio el proceso no haya concluido. 


“La peatonalización ha sido muy positiva. No hay coches ocupando las calles, puedes pasear por el barrio”, resume la presidenta de la asociación de vecinos, Carolina Barros, quien reconoce que, al principio, algunos vecinos sentían recelos. “La evolución ha sido muy lenta. El Gobierno de la Marea dio un puñetazo en la mesa pero no se remató”, explica.


A día de hoy, faltan por activar las cámaras que vigilan que no circulen más que los vehículos de los residentes. Y los residentes también demandan más aparcamiento para ellos. Es cierto, como reconoce Barrios, que hay habilitadas plazas para ellos en “extramuros”. En La Maestranza, y junto al Centro Oceanográfico. Pero, a pesar de que cuentan con un privilegio que no ha tenido ningún vecino afectado por peatonalizaciones, no están contentos. “A las once de la noche, en invierno, nadie quiere aparcar allí”, apunta Barros. Los convenios a los que se llegó con los aparcamientos de la zona expiraron y ahora no ofrecen  condiciones tan favorables. “Ya no son tan buenas”, lamenta la presidenta. 


También espera que se realice un nuevo censo para actualizar los permisos de aparcamiento. Cuando se haga esto, y cuando las cámaras comiencen a sancionar, considerará que la peatonalización ya es definitiva.

 

1 La primera fase de la peatonalización


Fue durante el Gobierno del PP, encabezado por el alcalde Carlos Negreira, cuando se dio el primer paso: el 18 de agosto de 2014 se puso en marcha  la primera fase del plan de peatonalización de la Ciudad Vieja “sin ninguna incidencia”, como señaló entonces la edil de  Movilidad, Begoña Freire. A partir de ese día, a nadie que no fuera residente se le permitió aparcar, y la carga y descarga vio su horario limitado. Al principio, la Policía Local se limitó a dejar en el parabrisas de los infractores notas de aviso, pero más adelante comenzaron las sanciones. 


Durante meses se siguió multando y retirando vehículos con la grúa, ante las quejas de los vecinos. Por su parte, a la asociación de comerciantes le preocupaba que se “empujara” a los compradores fuera del casco antiguo, pero el Ayuntamiento estaba decidido a dinamizar la zona y organizó varias actividades que después no tuvieron continuidad.

 

2 La segunda fase de la peatonalización

La segunda fase debía empezar en diciembre de 2015 con la finalización del túnel de O Parrote. Consistía en retirar todos los vehículos del casco antiguo, incluidos los de los residentes, en diciembre de 2015. Se estimaba que más de 150 conductores aparcaban en sus calles y la Concejalía de Movilidad había expedido unas 800 tarjetas para que se pudiera estacionar. La por entonces presidenta del barrio, Rosa Quiroga, demandaba 400 plazas de aparcamiento.


También se reordenaba la circulación en todo el perímetro. Los coches pasarían a moverse en el sentido de las agujas del reloj: en la calle de Nuestra Señora del  Rosario se eliminaba el acceso  por Puerta Real, se cambiaba el sentido en la calle de  la Amargura. También se habilitó un solo sentido para La Maestranza. 
Para entonces, había otros inquilinos en María Pita. A pesar de quedar en segundo lugar, y gracias a un pacto con el PSOE, la Marea Atlántica de Xulio Ferreiro había conseguido arrebatar la alcaldía al PP de Carlos Negreira. El recién creado partido político estaba a favor de continuar con la peatonalización. Xiao Varela, concejal de Regeneración Urbanística, fue el que tuvo que gestionar el proceso: “A cidade  alta de A Coruña é a única de Galicia que non está peatonalizada. A mín eso me avergoña, como cidadán desta cidade e como responsable político”. 


Durante meses, no se produjo ningún avance. El 14 de mayo de 2018 se celebró una gran reunión vecinal en la que los concejales Daniel Díaz Grandío, Xiao Varela y Claudia Delso se enfrentaron a las preguntas de algunos vecinos muy disgustados por la falta de información y de aparcamiento, así como por los cambios de circulación. En un esfuerzo para contentarles, se cedió más aparcamiento. Aquello retrasó el proceso hasta el 25 de junio de 2018.


Se empezó a instalar la señalización, tanto la horizontal como la vertical. El proceso tardó tres días. El entonces presidente de la asociación de vecinos, Pedro Roque, recibió numerosas quejas de los resientes por la falta de información y, aunque parezca extraño después de diez años, por la precipitación. Pero fuera un traspiés o no, el último paso se había dado. La Ciudad Vieja era ya peatonal.

La Ciudad Vieja hace balance diez años después del inicio de su peatonalización: “Muy positiva”

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