Existe un segmento de público, un target que diría los más ‘modernos’, que sigue a medio camino entre la nostalgia y la vigencia. Le encanta hablar de lo maravilloso que fue el pasado, pero todavía se resigna a retirarse. Solamente lo hacen más pronto y después de dejar bien caliente la pista de baile. Son los mismos que presumen de haber estudiado EGB y BUP, pero también los pioneros de la ESO, de haber escapado del servicio militar o haber visto llegar la televisión privado. Todos ellos han demostrado que, si se apuesta por ellos, responden. Lo comprueba Pelícano una vez al mes, lo ‘peta’ cada sábado Piccadilly y, desde este sábado, comienza la aventura de Sinvergüenza en O’Culto, el espacio situado en el número 26 de la calle Panaderas.
Conceptos como el que da nombre al evento o “canalla” encajan a la perfección en la filosofía de una fiesta que llega con el reconocimiento de su etapa en Baleares. “Está reconocido como el mejor tardeo de Ibiza y ofrecerá una programación inspirada en los 90 y los 2000, con la que los más nostálgicos volverán a vivir aquellas tardes inolvidables con las que soñaban desde el lunes”, anuncia la organización, que parece apelar al comienzo del videoclip ‘Baby One More Time’ de Britney Spears o el ‘Come On Feel The Noize’ de Quiet Riot. La cita comenzará a las 18.00 horas y la entrada será gratuita y exclusivamente para mayores de 25 años. Al filo de las 22.00 horas, como cuando en su día tocaba coger el bus de vuelta de Baroke, tocará elegir retirada o disfrutar del resto de la oferta de O’Culto.
A Coruña sigue ganando enteros como una de las capitales de la fiesta del noroeste español. Pocas ciudades pueden presumir de una oferta a la carta para cada segmento de edad: los jueves de los universitarios se han comido a los de Santiago, los más veteranos llenan The Clab cada fin de semana y la mediana edad conquista desde la tarde de los sábados al cierre de una prolífica oferta en cuanto a zonas y ‘garitos’, que dirían los coetáneos. Y eso es precisamente donde O’Culto ahora y Pelícano o Piccadilly anteriormente han visto una oportunidad. “Existe una demanda que coincide con una generación concreta que ha disfrutado en su momento de la noche, pero que ahora ve cómo sus necesidades le llevan a trasladar este tipo de ocio a la tarde”, explica la gerencia. “La demanda es tal que el tardeo es una tendencia al alza en toda España, y existen lugares en los que se ha implementado de manera maravillosa”, añade.
Respecto a lo que se encontrarán los que acudan a Sinvergüenza prefieren desde O’Culto no desvelar demasiados detalles: “Es una exitosa sesión, basada en la música de los 90 y los 2000, que llega directamente desde la capital mundial del ocio para ofrecer cada sábado momentos únicos y revivir las salidas memorables de la juventud".
Desde el pasado miércoles, es posible definirse como un sinvergüenza con carné. Y es que la organización del evento ha puesto en marcha el Club Sinvergüenza, un espacio virtual en el que los habituales pueden inscribirse para estar informados puntualmente de la programación semanal y de todas las novedades que se desarrollen en las sesiones. Además, formar parte del club “implicar poder beneficiarse de promociones y descuentos exclusivos”. Un ejemplo tendrá lugar durante la primera sesión, ya que los acreditados sinvergüenzas tendrán una consumición gratis entre las 18.00 y las 20.00 horas.
Según intuyen muchos empresarios del ocio nocturno, el tardeo ha llegado para quedarse y cada vez más establecimientos extenderán su horario desde la sobremesa del sábado hasta que se lo permita su licencia en la madrugada. Según han demostrado en Piccadilly, por ejemplo, a pesar del paso de los años aún mantienen su capacidad para hacer lo que siempre denominaron ‘doblete’, entonces destinado al combo Sada-Orzán o Santa Cristina-Orzán. Además, se trata de un tipo de cliente “fiel, consumidor y con un comportamiento ejemplar”. Y es que lo que en su día fueron LP45, Baroke, Party o Bambina como alternativas parece que ahora se lo rifan Panaderas, La Marina o el puerto.