Tradicionalmente, el mes de agosto es lo que se conoce como inhábil. Es decir, que muchas de las administraciones se mantienen al mínimo de su actividad. Sin embargo, la Concejalía de Urbanismo ha tramitado 337 expedientes desde finales de julio, que la Junta de Gobierno local aprobará hoy. La actividad urbanística ha experimentado incluso en 2020, durante la pandemia un resurgimiento, y en parte se debe, como reconocen los propios promotores inmobiliarios, a una agilización de los trámites administrativos que no han cesado ni siquiera este mes.

Hay que señalar que, de estos 337 expedientes, solo 26 corresponden a licencias urbanísticas, mientras que la gran mayoría son de obras en régimen de comunicado (204), así que no se trata solo de nuevas viviendas, sino de  rehabilitación y, sobre todo, la de instalación de ascensores, y de trabajos para mejorar la eficiencia energética del edificio, que cada vez son más populares debido a las ayudas públicas que se ofrecen a las comunidades de vecinos. También hay alguna que otra obra que tiene como objetivo transformar un bajo comercial en vivienda, algo que se está convirtiendo en tendencia, dado que sirve para dar salida a bajos largo tiempo vacíos y, al mismo tiempo, solucionar el problema de la vivienda accesible.  

Demolición

Una de las nuevas licencias de construcción que ha concedido la Concejalía de Urbanismo, que dirige Francisco Díaz Gallego, es  a la empresa Avencosa SL el del número 8 de la calle México y cinco de la calle Brasil, junto a la estación de autobuses. Los dos edificios pasarán a convertirse en uno de 24 viviendas y dos portales. El número 8 de la calle México llevaba años vacío y, de hecho, tiene sus accesos tapiados para evitar el problema de las ocupaciones, muy comunes en los edificios vacíos. Ya en marzo se había aprobado la demolición de los edificios, así que el permiso que la Junta de Gobierno local  concederá hoy es el paso lógico. Son en total 2,8 millones de euros y treinta seis meses lo que invertirá la constructora en este inmueble.

Desde el estallido de la crisis, el discurso dominante había sido el de centrarse en la rehabilitación sobre la obra nuevas, señalando que existen demasiadas viviendas vacías en A Coruña. En los últimos años, esta tendencia ha ganado terreno, aunque con altibajos de manera que la proporción de expedientes de obra nueva y rehabilitación suele ser del 50% cada una. Sin embargo, en los primeros seis meses de 2022 perdieron protagonismo las nuevas promociones, que representan el 47,07%; frente a las reformas, que equivalen al restante 52,93%, según datos del Colegio de Arquitectos Técnicos de A Coruña (Coatac). Es decir, aparejadores.

Eso no quiere decir que las obras de rehabilitación no se encuentren con dificultades. Por ejemplo: el TSXG le da la razón al Ayuntamiento, que considera caducada la licencia de rehabilitación del número 16 de la calle Estrecha de San Andrés, un edificio con la clásica galería, que tendrá que comenzar de nuevo los trámites.

Por otro lado, están los polígonos que todavía están por desarrollar en la periferia de la ciudad, pero que están llamados a convertirse en barrios enteros, por lo menos en algunos casos. Pero, de momento, solo existen sobre el papel. Es el caso del polígono de San Pedro de Visma, donde todavía está pasando el proceso de recursos del proyecto de compensación a los propietarios de los terrenos expropiados. Es un proceso farragoso, que obliga a poner al día muchos titulos de propiedad.

Otro asunto sobre la mesa hoy es la aprobación definitiva del cambio de sistema de actuación al régimen de concierto en el Polígono Q28, entre la calle de González Chas, la travesía de A Gaiteira y la ronda de Outeiro. Es una superficie total de 2.000 metros cuadrados,  lo que permitirá  a la Fundación Juana de Vega ejecutar sus planes pendientes en esa zona.