Los conejos brincan de nuevo por los campos de la Torre de Hércules

El plan para el ENIL no registra a estos mamíferos en la zona, pero se han producido avistamientos
Los conejos brincan de nuevo por los campos de la Torre de Hércules
Dos pequeños conejos, en la ciudad deportiva

Aquellos que hayan leído ‘La colina de Watership’, la novela de Richard Adams en la que un grupo de conejos sale en búsqueda de aventuras por la campiña inglesa, sabrán que pocas proezas se les resisten a estos pequeños mamíferos. Aquellos que no, bien podrían sustituir esa lectura con la curiosa anécdota que se ha producido en las últimas  semanas en la ciudad, con el avistamiento de varios de estos conejos en los aledaños de la Torre de Hércules, como han avisado los usuarios de la ciudad deportiva, cuando, por las condiciones que se dan en esta zona, no deberían estar ahí.


El entorno del faro romano, que está pendiente todavía de la aprobación definitiva del plan para que sea un Espacio Natural de Interés Local (ENIL), tiene un enorme abanico de especies tanto de fauna como de flora. Según explica Santiago Vázquez, vicepresidente del Grupo Naturalistas Hábitat, el mapa de bioversidad que se realizó en 2016 para la elaboración del plan informa de la existencia de 632 especies entre animales y plantas en la zona. De entre los animales, un gran número de ellos, cien, son aves. Y hay ocho especies de mamíferos pequeños, como topos, gatos, ratas comunes o murciélagos. Pero nada sobre los conejos.

 

 

No debería haber


Según explica Vázquez, hay referencias históricas de que hace años, en la ciudad, en el entorno de la Torre pero incluso en barrios como Adormideras o Monte Alto, se podían ver ejemplares del conejo de monte. No obstante, debido a que las condiciones de la zona no son las más indicadas para estos animales, ya que hay mucha humedad y esta les provoca enfermedades, desde hace bastante años ya no hay.

 

En el entorno del faro romano habitan unas 630 especies entre fauna y flora


En la actualidad sí que se sabe de la existencia de estos mamíferos en el monte de San Pedro, pero Vázquez asegura que es imposible que un animal de estas características se haya desplazado a lo largo de toda la marina y haya podido acabar allí. “Si fuera un jabalí, que los hemos visto por toda la ciudad, o un zorro, vale, pero un conejo no podría”, dice.

 

 

Su procedencia es un misterio


He ahí el misterio: no se sabe cómo han podido acabar ahí. Toda afirmación es en este caso solo una hipótesis, pero no cabe descartar la intervención humana. Ya sean las mascotas perdidas de algún vecino o quizá los animales de algún cazador que podrían haber escapado y después llegado a la zona, lo cierto es que no hay ninguna teoría confirmada más allá de que, como antaño, los conejos vuelven a brincar en la Torre.


No obstante, Vázquez también destaca que, si bien esta aparición de conejos es “curiosa” y que “sería interesante que volvieran”, no deja de ser, asegura, una “anécdota” en comparación con el valor patrimonial de otros elementos de la fauna y especialmente la flora del entorno de la Torre. Así, reivindica las orquídeas, los brezos o los toxos, que, explica, son de un gran valor. 

Los conejos brincan de nuevo por los campos de la Torre de Hércules

Te puede interesar