Algo debía intuir el Gobierno municipal cuando acudió a Fitur a anunciar a bombo platillo la contratación de Vetusta Morla para encabezar, junto a Xoel López, el Noroeste. Es prácticamente imposible superar la capacidad de convocatoria de los reyes del indie español: literalmente, en el arenal de Riazor y alrededores no cabía un alma más. Sin embargo, todo se hubiera quedado en fuegos artificiales si a la hora de la verdad, la del desnudo que supone la música en directo, los de Tres Cantos no hubieran justificado su reinado. En una noche para añadir al álbum de grandes recuerdos de la música en la ciudad, dieron un concierto soberbio, objetivamente incontestable y técnicamente perfecto.
“Los puentes que nos unen no están hechos de madera, no los borrarán la guerra ni verán palestina en ruinas”. A capela inició su recital Pucho, puntual como un reloj, y con una banda pletórica desde el primer acorde. No hubo lugar ni a los habitualmente dubitativos primeros minutos en lo que a nitidez y calidad de sonido se refiere. El eterno amago de falsete del cantante y la inconfundible marca Vetusta Morla ofrecieron su primer concierto gratis en 15 años, un lujo difícil de cuantificar con la ecuación calidad-escenario-momentum.
Para ‘el discurso del rey’ el grupo ya tenía a media playa en el bolsillo y la otra media saltando sobre la arena. Era una ‘fiesta mayor’ declarada que en solo tres canciones, y con solo un cuarto de hora directo, era especialmente intenso. “Boas noites, A Coruña”, saludó Pucho. “Estamos encantados de estar con todes vosotres”, antes de reivindicar el privilegio del momento y pedir a los presentes que disfruten de la gratuidad del evento.
Visitó la banda ‘Finisterre’ para regresar a su hogar y con ‘Ay, Madrid’ repasó lo bueno y lo malo, a su juicio, de la capital del Estado. Al filo de la medianoche seguía entrando público a una playa que no podía más y que coreaba uno de los grandes hitos de la música pop española: ‘Copenhague’.
La canción, con 16 años, y tal y como dice su propia letra, suena demasiado bien. Un coro de decenas de miles de personas, más de 50.000 según algunas estimaciones de responsables de seguridad, acompañó a una banda que elevó la contundencia respecto a la versión del disco.
Que Vetusta Morla aún no ha tocado techo lo evidencia el paso del bisturí sobre su repertorio: un equilibrio absoluto de temas entre ‘Figurantes’, ‘Mismo sitio distinto lugar’ y ‘Un día en el mundo’, con cuatro cada uno. Tuvieron un hueco también proporcional ‘La deriva’, ‘Cable a tierra’ y ‘Mapas’.
Después de invitar a “trabajar el tren superior” durante la primera hora, Pucho se tomó un respiro entre tanta electricidad y dio paso a la voz de la guitarra acústica de ‘Catedrales’ para “brindar mientras se hunde el botín”.
La performance teatrera de ‘Te lo digo a ti’, con el cantante y el batería David García escenificando un drama inició el camino inexorable hacia el anunciado despiporre social de ‘La cuadratura del círculo’ y ‘Los días raros’ . Con una hora y media larga de baile con los reyes del mambo musical los coruñeses se frotasen los ojos por haber gozado de un privilegio casi exclusivo e histórico para la ciudad.