El transeúnte medio se habrá dado cuenta de que, desde hace tiempo, tiene que esquivar andamios cuando camina por la ciudad, sin importar la calle por la que transite. Lejos de ser una impresión fugaz es una realidad: A Coruña está llena de andamios, y la razón es la gran cantidad de dinero procedente de fondos europeos que se está inyectando en la rehabilitación energética de edificios. Por toda la ciudad, las comunidades de propietarios buscan andamios para empezar las obras. Sin suerte. Dependiendo de a quién se le pregunte, el período de espera puede durar varias semanas.
“O años”, señala Carlos Mato, presidente del Colegio de Arquitectos Técnicos (aparejadores) de la provincia. Como su gremio siempre está a pie de obra, son muy conscientes del problema que supone esta explosión de rehabilitaciones. “Todo el andamio que existe en A Coruña ya está colocado. Para hacer nuevas obras, hay que esperar a que se retire de las viejas”.
La situación podría continuar durante dos años más hasta que se agoten los fondos europeos para estos trabajos
Hay varias empresas locales que se dedican a surtir de andamios a las obras en A Coruña, aunque hay que tener en cuenta que muchas empresas de rehabilitación cuentan con sus propios armazones, pero su reserva está agotada. Algunos señalan que hay que esperar hasta febrero, y otros apuntan a “solo unas semanas”. Mato es más pesimista y asegura que la situación se puede retrasar hasta 2026: “Tengo una comunidad que necesita empezar en seis meses las obras de la cubierta y le han dado esa fecha después de consultar con media docena de empresas”.
Naturalmente, cuanto más alto es el edificio, o cuanto más fachada tiene, más difícil resulta cubrir la demanda. Roi Colomer, presidente de la comunidad de Torre Coruña, un edificio de veinte plantas situado en el número 1 del Paseo de Ronda, reconoce que tuvieron problemas para encontrar suficiente andamio y les obligó a demorar sus planes.
Afortunadamente, ya se están terminando, pero la suya no es la única torre que está siendo sometida a rehabilitación energética. La Efisa, en Cuatro Caminos, y la principal de las Torres de San Diego, junto al parque Europa, también están cubiertas de andamios, aunque hay que decir que en este caso ya están retirando también las estructuras metálicas. Claro que no es habitual. “Lo normal en A Coruña son edificios de diez plantas, pero eso son treinta metros de alto. Necesitas 500 metros de andamio por cada fachada”, apunta Mato.
Hay que tener en cuenta, además, que las obras tardan mucho tiempo en concluirse, así que un andamio puede estar inmovilizado un año. O más. Esta semana es noticia la retirada de la lona que cubría el edificio del Cine Avenida, pero no hay que olvidar que el armazón ha permanecido allí durante años. En 2022 se inició la rehabilitación, pero mucho antes se había instalado un andamio para proteger a los transeúntes de la caída de cascotes.
No es un caso único, ni siquiera raro: es notorio que la fachada del edificio de la Agencia Tributaria, en el Paseo Marítimo, también lleva años cubierta después de que se descubrieran daños en la misma. Después de casi tres años, el proyecto de reforma todavía está tramitándose, de manera que la obra podría estar finalizada a mediados de 2027. A esto hay que añadir numerosos edificios, muchos de ellos situados en el centro de la ciudad (el Orzán es un buen ejemplo) que están muy deteriorados y cuyas redes, que protegen a los viandantes de posibles desprendimientos de cascotes, también están sostenidas por andamios.
CIFRAS |
707 PERMISOS de ocupación de vía pública para obra concedió la Concejalía de Urbanismo en lo que va de año, según fuentes municipales
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500 METROS
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5,3MILLONES
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976.000 EUROS |
Una muestra de la gran cantidad de actividad que está generando la rehabilitación energética es que la Concejalía de Urbanismo ha concedido en lo que va de año 707 permisos de instalaciones de obra. Se trata de un trámite fundamental, puesto que los andamios ocupan parte del espacio público. El año pasado se realizaron más de mil informes preceptivos. “Esto lleva dos años así”, reconoce Mato.
La situación no tiene visos de mejorar, por lo menos a largo plazo. Mientras las comunidades de propietarios puedan acceder a fondos europeos para subvencionar las obras de aislamiento de sus comunidades, la demanda de andamios será alta. Las comunidades consultadas reconocen que es esta subvención, que cubre el 50% del coste, lo que les ha animado en muchas asambleas vecinales a votar que sí a la obra.
Además, es poco probable que las compañías que alquilan estructuras en A Coruña se hagan con más reservas. “El andamio es muy caro, y las empresas tienen miedo de que cuando pase el ‘boom’ no tengan donde colocarlo”, explica el presidente de los aparejadores. Además, está el problema de la mano de obra, señalan las propias firmas consultadas. Hay pocos especialistas en montaje disponibles.
“Somos conscientes de ello. Estamos dialogando con las autoridades para que formen a más personas y que se incorporen al mundo de la construcción”, añade Mato. Pero eso tampoco es una solución a largo plazo. Él estima que, hasta dentro de dos años, la fiebre de las rehabilitaciones energéticas continuará recorriendo la ciudad. Y los andamios seguirán siendo una visión habitual.