Empezar septiembre y encontrarse un embotellamiento. Todo un desafío al estrés postvacacional que cogió por sorpresa a muchos en el túnel de Juana de Vega. Entre las 09.45 y las 10.30 horas la Policía Local se vio obligada a cortar un carril para evitar un disgusto mayor. Varios coches habían tenido problemas de estabilidad y patinaban a la salida en dirección hacia el Paseo Marítimo, justo en esa subida que amenaza los juegos de embragues y atemoriza a los conductores menos confiados de su destreza.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Local y Bomberos, quienes realizaron labores de limpieza durante más de media hora. El claxon de quienes estaban hartos de todo antes incluso de empezar a trabajar ejerció de banda sonora de una ciudad que cada vez suena menos a verano, ese mito que cuentan los visitantes existe entre junio y septiembre en otros lugares de España.