De las historias que le contaba su abuelo, nació el germen con el que David Uclés escribiría 'La península de las casas vacías' (Siruela), un proyecto que surgió hace quince años con la intención de contar la Guerra Civil, pero a través de los ojos bañados en realismo mágico de los habitantes de Iberia.
El escritor jienense visita esta semana Galicia, a la que acude con frecuencia en verano, para presentar esta novela, la tercera. Hoy a las 19.00 la presentará en Cronopios, en Santiago. Mañana hará lo propio en la librería Bululú, en la coruñesa calle Real.
¿Cómo surge 'La península de las casas vacías'?
Pues empezó con la necesidad de querer narrar las historias que me contaba mi abuelo sobre nuestra familia, porque provengo de un pueblecito pequeño jienense en la montaña y toda mi familia, tanto materna como paterna, era del mismo pueblo. Entonces, pues, esas historias tenían una carga de mucho costumbrismo, de muchas supersticiones, de muchas historias del pueblo. Y esas historias se ambientaban durante la Guerra Civil. Entonces, a lo largo de los años, porque empecé a escribirlo hace 15, consideré la idea de no solamente contar la historia de mi familia, en realismo mágico, que es mi estilo, sino intentar esparcir esos personajes por toda la península y contar a través de sus ojos y de sus experiencias toda la Guerra Civil. Empezó como un proyecto, como un intento de salvar la memoria familiar y ha terminado como un intento de grabar la memoria nacional.
¿Cambiaron mucho los objetivos que se marcaba cuando empezó el proyecto hace 15 años al resultado que tiene hoy en día?
Sí, es totalmente diferente. Ya hace como trece años o así, registré la primera vez un manuscrito que tenía 500 páginas. Pero pese a la cantidad, si las comparas con el resultado, no hay, yo creo, ninguna frase que se parezca. Sin embargo, para mí fue fundamental aquella base para que haya evolucionado hasta lo que es hoy día. De hecho, en estos 15 años la he registrado cinco veces. Quizá uno de los momentos más importantes donde la registré fue en Santiago de Compostela, que yo viví allí, he vivido casi tres años, y en 2015 me fui allí solamente a escribir durante un año con el intento de terminarla y publicarla ya en 2015. Yo estaba allí brindando con mi amigo en Compostela porque yo pensaba que la iba a publicar ya, y le faltaban todavía nueve años (ríe), ha sido un proceso largo.
¿Pesó en algún momento la opinión que pudiera tener el público de que un chico de poco más de 30 años esté narrando la Guerra Civil?
No, al contrario, como yo ya pertenezco a la generación de los bisnietos de la Guerra, no hay ningún trauma generacional en mi familia respecto a la Guerra y me queda tan lejana... Yo lo he narrado con muchísima libertad, sin ninguna carga, sin ningún silencio... hay otras generaciones que sí que han visto cómo se han impuesto ciertos silencios en sus familias para no hablar del tema, porque era traumático, porque no se sabía hablar, pero en mi casa no había ese problema, entonces me he enfrentado al tema desde la mayor libertad y curiosidad. Ya, pues claro, investigando me he dado cuenta de que es, verdaderamente, nuestra herida, como país, más reciente y no cerrada. Sí que me ha interesado mucho la guerra. Entiendo que a mi generación, como le pilla muy lejos, quizás no la tienen tan presente, también porque los libros de texto apenas se da. Como se da para la selectividad, el último temario se da muy rápido y en un par de páginas. Pero yo confío en que sí, estoy viendo las reacciones y sí que le interesa el tema, lo que pasa que no saben no saben mucho pero por eso, por tal y como este sistema educativo o por situaciones familiares concretas.
Precisamente, ¿cómo está siendo el feedback? No sólo del público, sino también de su familia, que de alguna manera ha formado parte del proceso.
Pues muy bueno, en tan sólo un mes ya vamos con la tercera edición. Toda la crítica en prensa está siendo muy positiva y estoy muy feliz. Y luego, mi familia... he intentado honrarlos y creo que lo han percibido así. Entonces están muy contentos, muy satisfechos. Y quizáses mi mayor satisfacción, ¿no? que mis familiares, a quienes les he hablado de este proyecto durante 15 años, pues que por fin vean que al menos recojo algunos pequeñicos frutos (ríe), que vean que el trabajo merece la pena, esa es la mayor satisfacción que me he llevado de todo esto.
Soy muy iberista de siempre, he vivido cinco años en el extranjero y siempre he dicho que soy de Iberia, me siento de Iberia y no necesito políticos que lo validen o carteles... yo soy íbero
Comentaba al principio que se decantó por el realismo mágico, ¿por qué apostar por este género?
Es mi tercera novela y siempre he usado este género y en la que publicaré después, también estoy cultivándolo. Me gusta escribir un hecho puntual, histórico, realista, pero dándole la vuelta a cierta lógica o a cierta física. Hago un ligero surrealismo, pero con las cosas que existen. No necesito crear un ser mitológico, eso sería fantasía. Es como lo que hacía Magritte con sus obras y a mí me parece que es muy metafórico y que puede quitar un poco de pesadez a la historia, que por si es bastante grotesca y triste. Es un estilo que a esta historia le viene muy bien y es el estilo en el que mejor me siento.
Su Guerra Civil transcurre en Iberia, no en España.
El primer autor con el que me obsesioné de pequeño, con 14 años, fue Saramago. Me leí todos sus libros y si algo aprendí de él es que el concepto de Iberia, aparte de ser bonito románticamente para mí, como lo era para Saramago, es que sería una solución a muchos problemas actuales. Entonces, yo soy muy iberista de siempre. He vivido cinco años en el extranjero y siempre he dicho que soy de Iberia, me siento de Iberia y no necesito políticos que lo validen o carteles... yo soy íbero. Es como una especie de sentimiento romántico, ¿no? Mis raíces son íberas porque viví en Galicia, en Cataluña, en País Vasco, en Madrid, en Andalucía... al final pues me siento íbero porque he vivido en tantas regiones. Y creo que es algo positivo para este libro en concreto, porque si lo hubiera llamado España, el lector español habría hecho menos ese ejercicio de intentar leer el libro de una manera más neutral, si hubiera sido España a lo mejor se habrían posicionado antes, pero al ser Iberia, tal vez suena un poco más y pueden ver ciertas cosas que ocurrieron con un prisma un poco más neutral. Creo que ha podido venir bien, pero ya te digo, la intención era simplemente romántica. En ninguno de mis libros existe en España. Ninguno.
Comentaba que ya tiene otras ideas para su futuro literario.
Sí me dieron una beca catalana para escribir una novela sobre Barcelona, tengo una novela más breve sobre Barcelona, también dentro del realismo mágico y es la que me gustaría publicar después. Pero bueno, ahora mismo con la promoción, estamos cerrando fechas para diciembre, este año será dedicado únicamente a la promoción.