El número 36 de la avenida de Arteixo de A Coruña sufrió un espectacular incendio, que desató poco antes de las cinco de la tarde. El fuego provocó una gran humareda, obligando a los servicios de emergencia a cortar la avenida de Arteixo al tráfico entre la ronda de Nelle y la calle Uruguay. 

En la casa había, en el momento de los hechos, por lo menos una persona, la propietaria del inmueble. Mientras contemplaba como los bomberos realizaban las labores de extinción, explicó que el fuego se había iniciado en la habitación de una inquilina suya y expresó su convicción de que el origen de las llamas podía encontrarse en unas velas. “Las tenía en un armario abierto. Yo le dije ayer que era peligroso. Tenía todas sus pertenencias en la habitación, lo ha perdido todo”, comentaba la propietaria. 
 

Ella se encontraba en el piso inferior en el momento de los hechos y no se enteró de nada hasta que llamaron a su puerta para informarle de que salía humo de una de las ventanas de su vivienda. Espantada, salió a la calle y la Policía le impidió regresar hasta que concluyera la extinción. 

Las llamas salían por la ventana cuando llegaron los bomberos con una dotación provista de autoescalera. El humo llenaba la avenida de Arteixo cuando dos coches patrullas de la Policía Nacional cortaron la calle. Aunque se utilizó la autoescalera, los bomberos entraron en la vivienda provistos de equipos de respiración autónomos para atacar el fuego desde el interior, antes de que se trasladara al resto de la vivienda. 

Desde el exterior se escuchó un estallido y el agua de las manqueras comenzó a derramarse por la ventana y el fuego se extinguió. Más complicado fue eliminar el humo, que se había colado en la vivienda colindante, el número 38, debido al falso techo que ambas edificaciones comparten. Los bomberos tuvieron que trabajar empleando extractores portátiles para expulsar todo el humo que se había quedado almacenado en el interior. Tras una hora de trabajo, se dio por finalizada la intervención.