Alrededor de las nueve de la noche, se escucharon varias explosiones junto al Hospital Materno que hizo cundir la alarma en la zona. Los transeúntes que se encontraban al otro lado de la ría, en Santa Cristina, pudieron ver como surgían llamas al pie del centro hospitalario, y en seguida, el parque de Bomberos comenzó a recibir llamadas que alertaban de la emergencia. El fuego resultó encontrarse en unas naves abandonadas junto a la ría, donde se había acumulado material inflamable que generó una nube gran nube de humo. Los Bomberos tuvieron que extinguirla echando agua y espuma.
Al lugar acudieron también efectivos de la Policía Local, que cortaron el acceso a la zona para que los servicios de emergencia pudieran trabajar. Según parece, la explosión (o explosiones) fueron provocadas por la carga de calor que se generó dentro del edificio, lleno hasta la mitad de toda clase de escombros y desperdicios. El jefe del grupo de Bomberos sospecha que, entre tanta basura, podrían hallar botes de pintura o aerosoles que habrían causado el estruendo.
En todo caso, había tanto material acumulado que resultaba difícil apagarlo solo con el agua, porque el líquido no llegaba al material incandescente que se encontraba debajo, así que los bomberos decidieron emplear espuma química, para sofocarlo cuanto antes. Media hora después, el fuego había quedado reducido a una humareda.