Una década como altavoz de las demandas vecinales, aunque en diferentes etapas, convierte a Fernando Carrillo López (A Coruña, 1962) en uno de los rostros más conocidos del asociacionismo en los barrios. Ahora ha decidido dar un paso al frente y volver a presidir la agrupación de Los Rosales, en la que ya cumplió un ciclo de ocho para después de un paréntesis regresar en 2021.
¿Por qué ha decidido volver?
Fue un relevo normal, la anterior presidenta tenía problemas de conciliación y lo quería dejar, por lo que se me nombró a mí oara sustituirla. El trabajo de una asociación vecinal es muy continuo y pesado, la familia sufre mucho y no todo el mundo está dispuesto a sacrificarse. Es tu tiempo libre y resulta complicado que alguien se presente. Tienes que ver los problemas, dar un paso al frente y contar con el apoyo de la familia.
La forma de protestar de las asociaciones vecinales ha cambiado notablemente...
El panorama ha variado sustancialmente, porque estamos
reuniéndonos entre asociaciones y poniendo problemas de la ciudad en común. Se está creando un ambiente en el que ahora le toca a los ciudadanos darle para delante para mejorar los barrios y la ciudad en general. Ya no hay zonas que puedan decir que están muy tranquilas, porque la delincuencia se mueve de barrio en barrio. Pasa con los okupas o con la droga y necesitamos unirnos.
Ustedes forman parte del grupo de la recogida de firmas...
Estamos preocupados por la seguridad. La sensación que tiene la alcaldesa es distinta a la situación que tenemos los barrios al respecto. Se ve distinto desde un despacho que desde una calle.
¿Aumentarán su actividad en redes?
Las hemos potenciado, el apoyo de tus vecinos es muy importante.
¿Cómo valora que Inés Rey haya asumido la Concejalía de Barrios?
Siempre es positivo tratar directamente con la persona que tiene que recibir tu mensaje. Estás obviando uno o dos o pasos.
¿Qué urgencias le transmitirán?
Lo primero que le diremos es que urgen proyectos que tenían que estar acabados: los participativos del año 2021 están sin hacer y nos corre prisa. Después, hay proyectos europeos a terminar antes del 31 de diciembre o se perderá el dinero. Por otra parte, llevamos 20 años pidiendo el arreglo del Camino del Cura o el traslado de los biosaludables. Son todo proyectos, algunos europeos y otros licitados, que están sin hacer. Ya hemos mandado una relación de cosas.
A juzgar por sus últimas publicaciones, también han buscado una mayor vinculación con el comercio de la zona...
Un barrio lo hacemos entre el comercio y los vecinos, y sin el comercio un barrio se deteriora hasta la muerte. Tenemos que apoyarnos mutuamente.
¿Cómo es vivir en Los Rosales?
Está muy bien, pero estamos creciendo y necesitamos más servicios. Es de los mejores barrios de la ciudad para vivir, modestia aparte. No está todo hecho y las infraestructuras para los jóvenes se han quedado en lo mínimo. No tenemos local social, la biblioteca se ha quedado pequeña y el centro de salud está colapsado.