Enfrentarse a un concierto de Amizades es algo así como un viaje transversal e intergeneracional en el que uno se despoja de todos los complejos y saca a bailar a su madre, a la tata o a quien se ponga por medio. Quizás en esa fórmula sobre el papel tan banal, pero en la práctica tan complicada de lograr, reposa la clave del éxito de una formación con una energía que ya quisieran para sí muchos neófitos de la música.
Por segunda vez en lo que va de mes sonó ‘Si tú me dices ven’ en María Pita. Esta vez los arreglos eran más corales y las guitarras tenían más presencia que en la visita de Los Panchos. Pero lo mejor de todo, la imagen que mejor define el recital, es la de los sorprendidos turistas, de todas las edades, tarareando y bailando la canción por detrás de las vallas de seguridad.
De puertas hacia dentro no había una sola silla vacía y en los centenares de las ocupadas a las posaderas les costaba quedarse pegadas al plástico. El viaje, ya libre de los acoples de sonido del principio, prosiguió con el famoso jaropo venezolano ‘Alma llanera’, un clásico de toda fiesta del compadreo que también se ha convertido el himno de la hermandad entre Galicia y el país sudamericano.
El equipo de marketing de Amizades, que lo tiene, se encargó de aprovechar el subidón o ‘hype’, que dirían los modernos, para intentar hacer caja y adeptos: varios colaboradores rondaron a los asistentes para intentar venderle CD de estudio de la formación. Y algunos no pudieron resistir la tentación.
Cayó una propina más de Los Panchos en forma de ‘Amapola’, antes de recordarle al público que ‘Havemos de ir a Viana’, un clásico luso que completó la internacionalidad del recital. Pero si algo demuestra la valentía de los músicos que se subieron al escenario de María Pita es el atreverse con ‘O sole mío’, aunque canción tradicional napolitana, en la mente de muchos un clásico de Pavarotti.
Quienes deseen repetir la experiencia el sábado tendrán repetición de Amizades en las fiestas de la Sagrada Familia, más en pequeño comité, pero seguramente con la misma energía.
Por otra parte, la jornada ya había comenzado cargada de folclore, con el inicio de la 39 edición del Certamen de Habaneras, que proseguirá hasta el próximo día 25. Una vez más, los jardines de Méndez Núñez se llenaron de adeptos a las corales de la Sagrada Familia y Mera, así como al Acorde Secreto.