Coordinador de Nutrición del Chuac
Galicia diagnostica cada año a 6.300 personas con patologías de demencia, entre ellas alzhéimer, y actualmente hay unas 30.000 que padecen alguna de estas enfermedades. Con motivo del Día Mundial contra el Alzheimer, celebrado ayer, el coordinador de la Unidad de Nutrición clínica y Dietética del Chuac, Francisco Pita, dará una conferencia hoy a las 17.00 horas en la Fundación Barrié sobre nutrición en personas con demencia, organizada por Afaco.
¿Cómo influyen los factores nutricionales en la evolución del alzhéimer?
La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia con un mecanismo específico que hasta el momento no se ha podido relacionar directamente con factores nutricionales. Pero hay otros tipos de demencia, como la vascular o la mixta, en las que los factores nutricionales tienen importancia. Se estima que hasta un 40% de las demencias podrían prevenirse actuando sobre varios factores de riesgo, y varios tienen que ver directamente con una alimentación saludable. La hipertensión, la diabetes o la obesidad son enfermedades cardiovasculares que se relacionan con un porcentaje significativo de demencia.
¿Se puede retrasar su aparición mediante la alimentación?
No existen datos suficientes que nos indiquen si existen alimentos específicos o dietas que disminuyan el riesgo de demencia, pero sí vemos que un patrón de alimentación saludable como la dieta mediterránea, junto con ejercicio físico y evitar el sobrepeso disminuyen las enfermedades cardiovasculares, y también el componente de daño vascular y neuronal de la demencia.
En muchos pacientes con alzheimer o demencia se da un aporte nutricional insuficiente. ¿Cómo tiene que ser una dieta para una persona con estas patologías?
Hay una serie de recomendaciones de enriquecimiento de calorías, proteínas y nutrientes que se pueden realizar, como añadir aceite de oliva virgen a los purés o alimentos que vayan a tomar, enriquecer las cremas con lácteos y nata, añadir leche en polvo… Una de las circunstancias que pueden darse es que se intente hacer una dieta controlada para la hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia y la persona entonces come menos y puede tener problemas nutricionales. En esta fase de la enfermedad no hay que hacer una restricción tan estricta.
En casos de disfagia, ¿cómo hay que actuar desde el punto de vista médico?
Hay que tener mucho cuidado con los líquidos como el agua, porque en la disfagia orofaríngea se produce un paso del líquido a la vía respiratoria, con el resultado de una neumonía. Lo mejor para que la deglución sea segura es basarse en una textura uniforme, tipo puré o crema. También se pueden tomar alimentos de fácil deglución, como la patata cocida. Sin embargo, el pan de molde puede ser peligroso porque puede quedar adherido al paladar. Es importante evitar los platos de doble textura.
¿Cómo se trabaja en el Chuac ante el tratamiento de demencias desde el campo de la nutrición?
A la Unidad de Nutrición nos suelen derivar valoraciones de personas con demencia para mantener o mejorar el estado nutricional, recibir consejo dietético específico para la disfagia y el enriquecimiento de la dieta, y la prescripción del espesante para los líquidos. Durante la evolución, y en la fase final de la demencia, suelen manifestarse los problemas relacionados con la alimentación. Desde la Unidad de Nutrición (y todo el Chuac con un protocolo de diciembre de 2019) se considera como la mejor de las alternativas la alimentación oral asistida o alimentación de confort.
Para el entorno de una persona con demencia, ¿es complicado establecer una rutina alimenticia que seguir con el paciente?
El primer gran cambio o complicación se da cuando hay dificultad para comer por su mano, porque implica ayuda y tiempo extra. Una vez que se ha cambiado la rutina, si la persona no tiene episodios de negativa a la ingesta, la complicación estará con los tiempos a invertir, las preparaciones o el apoyo para los cuidados.