El exalcalde coruñés y antiguo diputado, senador y embajador cerca de la Santa Sede, Francisco Vázquez hablará hoy en Barcelona en un acto convocado por varias entidades y que se espera que reúna en el paseo de Gracia a miles de personas contra la amnistía a los implicados del procés. El lema es “No en mi nombre. Ni amnistía ni autodeterminación”.
¿Por qué ha decidido participar en el acto de hoy en Barcelona?
Para mí, evidentemente, es una gran responsabilidad ser el portavoz de gran parte de la sociedad española, preocupada por el intento de amnistiar a los golpistas que intentaron derogar y derrotar la unidad de España. No oculto que también existe un sentimiento de reconocimiento. Agradezco el honor.
¿En qué consistirá?
Será una intervención constitucional. Defendiendo la Constitución, lo que representa, como elemento aglutinador de los derechos y los deberes de los españoles, pero también un elemento fundamental de igualdad de todos los españoles.
¿Por qué ocurriría esto?
Voy a denunciar que obedece a un proyecto político que trata de garantizarse la continuidad en el poder. Todos los pasos que se han venido dando en los últimos años para favorecer o amparar a minorías contrarias al proyecto político democrático de la Transición obedecen a una única razón: garantizarse la gobernabilidad. No solo el Gobierno de España, sino de las diversas autonomías.
Usted es del PSOE, pero a la manifestación acuden el PP y Vox.
Esto no es una confrontación de izquierdas ni de derechas, es entre constitucionalistas y rupturistas, los que aspiran a romper la unidad de España e implantar un modelo de sociedad que no responde a los deseos de la mayoría de los ciudadanos
¿A qué responde, entonces?
El PSOE no es que solamente llegue a estos acuerdos para garantizarse la continuidad en el poder. Esto obedece a un acuerdo forjado hace ya muchos años. Yo lo llamo pacto de hierro entre el partido socialista y los rupturistas. Cada uno busca alcanzar sus objetivos. En el caso del PSOE es simplemente ocupar el poder. Lo cual es muy triste porque hace que rompa con su línea constitucional y compromiso histórico. Los acuerdos se van cumpliendo inexorablemente. Desde el indulto hasta la amnistía.
Sin embargo, Pedro Sánchez no fue castigado en las urnas.
La sociedad civil no entiende lo grave que es esto. Con todo, hay un dato esperanzador: los grandes derrotados en las últimas elecciones fueron los partidos nacionalistas. En votos y en escaños. Y ahora precisamente son los árbitros de la situación. En la campaña jugaron unos factores inmediatos. Una campaña mal planteada por el PP, y el gran peso propogandístico del Gobierno en el manejo de los medios de comunicación pública, eso llevó a muchos ciudadanos a dar un voto no en razón de lo que se había hecho, sino en razón de lo inmediato, de las políticas de alianza.
Con la crisis del bipartidismo, ¿existe otra manera de gestionar la gobernabilidad?
La disminución de la hegemonía del llamado bipartidismo ha sido relativa. En estos momentos, el PP y el PSOE representan más del 76% de los votos del pueblo español. Tienen una amplia y suficiente mayoría. Son dos proyectos diferentes pero con muchos aspectos en común. Lo que se llama intereses superiores del Estado: la política exterior, el respeto a la división de poderes, a la unidad territorial.
En su opinión, ¿están todos estos intereses en peligro?
En España se ha roto, y es una tragedia: vamos a ir a peor. A diez años vista nos va a llevar a la ruptura. Lo que va a estar en juego es la conjunción de los principios democráticos en los controles del poder. Eso es lo que es grave. Hay que alertar a la sociedad española porque es una situación preocupante, un conflicto institucional y jurisdiccional. El poder ejecutivo invade todas las demás áreas de poder. Salir a la calle es casi una obligación democrática.