El futuro de Nostián sigue en el aire sin saber qué modelo de reciclaje adoptará

El futuro de Nostián sigue en el aire sin saber qué modelo de reciclaje adoptará
Un camión entre en las instalaciones de Nostián, en Bens| Patricia G. Fraga

Entre elecciones y elecciones, el Ayuntamiento se esfuerza por volver a retomar el ritmo diario, algo que no es fácil con agosto a la vuelta de la esquina y varios concejales sin experiencia al mando de áreas claves. Son muchos los asuntos que quedaron por rematar del primer mandato de Inés Rey, y uno de los más importantes es el que se refiere a Nostián. La planta de reciclaje funciona mediante el modelo húmedo-seco en vez del de tres contenedores por lo que se requiere una petición de excepcionalidad (como ya ha hecho Córdoba). Pero el Ayuntamiento no la ha solicitado todavía y se ignora cuándo lo hará, y como afectará al convenio con Ecoembes. 


El asunto del reciclaje de los residuos es complejo y Nostián, en particular, ha traído de cabeza no solo al Gobierno de Inés Rey, sino también a los que le han precedido. Conviene recordar que la Marea Atlántica no pudo licitar el nuevo contrato durante su mandato, y que la actual empresa, Albada, lleva más de tres años (desde enero de 2020) prestando sus servicios en situación irregular una vez caducada la concesión. 
 

Pero el problema de la excepcionalidad es otro, y en cierta forma ha surgido de una forma inesperada cuando el Gobierno local anunció a finales del año pasado que abandonaba el modelo orgánico-inorgánico (de dos contenedores) que se conoce como húmedo-seco y técnicamente, por Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) por el modelo que se usa en la planta de Sogama y que es el más habitual, con tres contenedores (orgánico, envases ligeros y restos de inorgánicos).


Envases 

Paradójicamente, las tasas de recogida de envases, que paga la empresa Ecoembes, son mejores con el modelo orgánico-inorgánico. Como esta entidad, que agrupa a los fabricantes de envases, paga a las plantas de reciclaje por  cada tonelada de envases recuperados, esta actividad financia en gran parte la recuperación de residuos, y el porcentaje tiene que ver con la calidad de la separación, de ahí la importancia del sistema, que queda reflejada en el convenio. 
 

En el anteproyecto que presentó el Ayuntamiento el año pasado, se calculaba que, al cambiar de modelo, Nostián recaudaría tres millones anualmente, cuando en 2018 se habían conseguido recauda entre 8,5 y 9 millones de euros por ese mismo concepto. Además, el cambio de contenedores suponía numerosas molestias y gastos. 
 

Todo esto alarmó al Consorcio As Mariñas, que genera cerca de la mitad de la basura que se procesa en Nostián y, sin el cual, la planta resulta inviable. Los municipios agrupados en esta entidad estaban irritados, además, porque no se les habían informado del cambio de modelo. Las explicaciones del Gobierno local de que era necesario este cambio para adaptarse a la nueva normativa (ley 7/22) no convencieron, en parte porque se puede pedir la excepcionalidad (como han hecho otras poblaciones). 
 

Desde mayo 

Ante esta situación, y presionado por el Consorcio (que podía abandonar Nostián por Sogama), el Gobierno local decidió redactar un documento para pedir la excepcionalidad. El 6 de mayo, el documento estaba listo, y se envió a los diferentes municipios que forman el Consorcio, que dieron su visto bueno.
 

Es decir, que desde hace dos meses, no se ha dado ningún paso. Es el Ayuntamiento, como propietario de la planta, quien tiene que presentarlo ante el Miteco. Preguntada al respecto, la alcaldesa, Inés Rey, ha asegurado que se hará, sin concretar fechas. 

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