Los ‘halcones’ de A Coruña

No todas lo hacen, pero las especialistas en la práctica provocan un “escenario terrorífico”: aves marinas que aprovechan toda oportunidad a su alcance para atrapar y devorar a palomas o pollos por la calle; los expertos explican el motivo, aunque matizan: “Es el escenario natural, si no estuviesen las echaríamos de menos”
Los ‘halcones’ de A Coruña
Una gaviota devora una paloma recién capturada | Andrea Gestal

Las ciudades se han convertido en un entorno donde conviven diferentes especies de aves. Algunas resultan molestas para las personas, pero los expertos aseguran que, si no estuviesen, las echaríamos de menos. Las gaviotas han visto reducida su población en los últimos años, pero en las últimas semanas se dejan ver a pie de calle mostrando su destreza como auténticas cazadoras: acorralan, atacan y devoran palomas vivas o pollos que han sido abandonados por su familia. Algunos ornitólogos señalan incluso que las causantes de estas muertes podrían ser siempre las mismas gaviotas, especializadas en la caza de otras especies para alimentarse u ofrecer alimento a sus crías.


“Las gaviotas se adaptan a las circunstancias y se observan comportamientos de persecución. Se vuelven más especialistas y cazadoras”, explica el vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat en A Coruña, Santi Vázquez. A la pregunta de si estos ‘ataques’ son una novedad, tiene clara la respuesta: “No, el espectáculo parece terrorífico para los más aprensivos pero es el escenario natural y habitual”. 

 

En primavera, además, las gaviotas están criando, por lo que sus pollos nacen al mismo tiempo, “generando una sincronía de la naturaleza que da pie a esta situación”. Tanto Santi Vázquez como el ornitólogo arteixán Xabier Varela coinciden al pedir comprensión para esta especie que “muchas veces es tratada de forma irresponsable”. “Mucha gente se queja por el ruido que hacen pero el día que no escuchemos a las gaviotas las echaremos de menos. Si las perdiésemos habría un problema de control de palomas”, considera el vicepresidente de Hábitat en A Coruña. 


Varela puntualiza que las palomas son una presa que aporta mucha proteína a las gaviotas. Además, las ‘cazadoras’ podrían haber “depurado la técnica y que unas cuantas sean las que siempre se centran en alimentarse de otras especies. Puede que en la misma plaza veamos a gaviotas capturando palomas y probablemente sea siempre la misma haciéndolo de forma sistemática y continua. Es un acto de depredación dentro de un ecosistema”. Por su parte, Sergio París, experto del Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida), añade que estas aves marinas son “oportunistas”, pero es necesario recordar que son “depredadoras y adaptables”.

 

Control de fauna

Fuentes municipales señalan que la Xunta tiene las competencias en el control de la población de fauna, pero desde el año 2000 el Ayuntamiento contrata a la empresa Locus Avis, con un presupuesto de 170.000 euros anual, para que actúe, tras ver que el Gobierno autonómico “no asumía” su labor. Lo que hace esta sociedad es coordinar con la Xunta la retirada de animales. “Si están heridos o en mal estado, se llevan al centro de recuperación de fauna en Oleiros; si están bien, se liberan en un espacio natural libre”. 


El Ayuntamiento gestiona 2.000 peticiones al año de vecinos por la presencia de nidos en tejados o animales agresivos, entre otras causas. A día de hoy existen en A Coruña 580 parejas nidificantes, pero llegó a haber 2.000, lo que tanto el Gobierno local como los expertos consultados califican de “cifra estable”. El número ha ido en descenso por diferentes motivos, pero el principal tiene fácil explicación: el cierre de los vertederos de Nostián y Bens. Las aves marinas no eran tan comunes en la ciudad porque siempre estaban en estos puntos.


Los contenedores de la ciudad, además, al permanecer cerrados, hace que las gaviotas no puedan acudir a ellos para coger alimento. Unido a todo ello, el puerto lleva a cabo un control de residuos que, sumado al resto de medidas, se esconde detrás de la reducción del 25% de la población de gaviotas. 

Los ‘halcones’ de A Coruña

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