Los gorriones de A Coruña van a menos

La contaminación, la mala dieta y la aparición de nuevas especies amenaza el número de estos pájaros, que están en declive en toda Europa y cuyo día mundial se celebra cada 20 de marzo
Los gorriones de A Coruña van a menos
Un gorrión, en una terraza en el centro de A Coruña / Javier Alborés

Las gaviotas, las palomas e, incluso en los últimos tiempos, las urracas son especies urbanas que cualquiera puede ver a diario por A Coruña. Hay censos de las dos primeras especies y datos sobre el crecimiento de la tercera pero apenas hay cifras sobre otros pájaros que es habitual ver en cualquier esquina de una ciudad: los gorriones. 

 

SEO Birdlife estableció el 20 de marzo como el Día Mundial del Gorrión para tratar de llamar la atención sobre estos pájaros que, aunque veamos muy a menudo, están yendo a menos en toda Europa. Y, en A Coruña, también. Santi Vázquez, vicepresidente de Hábitat, lamenta que no haya datos concretos de animales o nidos, porque no hay medios para dedicarse a hacer un censo, pero "la tendencia a nivel europeo es que han disminuido entre un 40 y un 50%". En algunas zonas, la caída es cercana al 80%.

 

Razones variadas

Las razones de este declive en el número de gorriones son diversas. "Una es la propia dieta", explica Vázquez. Al parecer, no les sientan demasiado bien el pan ni las patatas fritas que picotean de lo que queda en las terrazas, pero hay más motivos. Otro es la disminución de las zonas verdes. "El uso de fitosanitarios, por ejemplo, hace que disminuyan los insectos y en épocas de reproducción no tienen para darle a las crías y tampoco hay semillas", analiza el ecologista. 

 

La aparición de las urracas en el medio urbano, una especie que se ve cada vez más en A Coruña, puede ser otra de las razones que explique la disminución de los gorriones. Este córvido es prácticamente omnívoro y "puede ser el depredador de algunos nidos".

 

La contaminación urbana, con acumulación de metales pesados, tampoco ayuda a mantener estable el número de gorriones, al igual que sucede con otro tipo de contaminación, la lumínica, que les obliga a cambiar sus biorritmos y les somete a un cierto estrés. 

 

Zonas verdes más salvajes

Para Santi Vázquez, lo más interesante para ayudar a mantener la población de gorriones sería gestionar las zonas verdes de otra manera, para que sean un poco más salvajes, lo que permitiría que criaran insectos y hubiera un cierto equilibrio en el ecosistema. Algo similar a lo que sucede actualmente en la zona de la Torre de Hércules, donde hay más diversidad de pájaros. 

 

"Al gorrión le gustan nuestras casas y nuestros tejados para sus lugares de cría; se arrimaron al ser humano ya en el Neolítico", explica el experto. De forma que, por ejemplo, es más fácil verlos en el entorno urbano o en las aldeas que en el monte Xalo

 

Dentro de A Coruña, han disminuido mucho en los barrios donde hay menos zonas ajardinadas y se ven mucho más en lugares como Santa Margarita, Oza o Méndez Núñez, así como en esos espacios verdes más salvajes como pueden ser el monte de San Pedro, la Torre de Hércules, Novo Mesoiro o Elviña

 

Tres especies

En Galicia viven tres especies diferentes de gorriones. El más habitual, como obedece a su nombre, es el gorrión común, el que vemos en cualquier terraza de La Marina. Luego está el gorrión molinero, que en gallego se conoce como pardal orelleiro, más pequeño y más habitual en las aldeas, aunque hoy en día es mucho más difícil de encontrar. Por último, el gorrión chillón, más grande y corpulento, también más rural, aunque en los últimos tiempos resulta más fácil verlo en zonas del Mediterráneo.  

 

 

 

El cámbio de costumbres y de hábitat del ser humano, que ha abandonado en muchos casos los pueblos porp las ciudades, también ha afectado a estos pájaros, sobre todo a los que se veían antes más en las aldeas. "Al no haber prados ni cultivos no tienen grano", comenta Santi Vázquez. 

 

Como recomendaciones para tratar de cuidar a los gorriones, Vázquez pide a quienes los ven en las terrazas que los respeten y que no les den de comer pan ni comida basura. A las autoridades, que intenten gestionar las zonas verdes para que sean más silvestres y que les ofrezcan alternativas para poder establecer sus nidos. "Colocar cajas nido, a falta de agujeros en las fachadas, podría ayudarles" en las épocas de cría. 

 

Aunque tengamos la sensación de que hay muchos y de que, incluso, sean cada vez más descarados en acercarse a los humanos, lo cierto es que, poco a poco, las ciudades se quedan sin gorriones. 

 

 

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