El desplome de una grúa en Ángel Rebollo sobre 16 coches y el acondicionamiento de trece semáforos para invidentes eran algunas de las noticias principales de El Ideal Gallego tal día como hoy pero en 1999. En 1974, la portada estaba dedicada a los transportistas que hacían cola durante varios días para obtener la tarjeta que les permitía circular con su autobús. Hace 75 años, El Ideal Gallego informaba sobre la llegada del dinero para hacer frente a la adquisición de la Clínica Labaca. En 1924, una de las noticias que recogía el diario era la del conocido como crimen de Soandres, con la novedad de la detención de dos mujeres por el asesinato, la esposa y la suegra de la víctima, que había aparecido muerta en la zona una semana antes.
Una mujer resultó herida leve cuando las fuertes rachas de viento derribaron una grúa de obra sobre el coche que conducía en la calle Ángel Rebollo. La estructura metálica aplastó el capó de este y otros 15 vehículos estacionados en las proximidades del espectacular siniestro, que causó cuantiosos daños en fachadas y viviendas. El accidente se produjo a las 15.15 horas, cuando el viento alcanzó las máximas velocidades por efecto del temporal que asola toda la costa occidental europea. Tanto los bomberos como la Policía Local desplazaron varias unidades, que emplearon tres horas en la retirada de los cascotes que ofrecían peligro de caer sobre la calle.
Era noticia también hace 25 años la instalación de trece semáforos acústicos para invidentes en la zona centro, una actuación incluida en el programa de eliminación de barreras arquitectónicas y accesibilidad. Los nuevos semáforos se encuentran en las inmediaciones de Zalaeta, la Marina, San Andrés, Juana de Vega y en las plazas de Mina, Ourense y Pontevedra. El plan de eliminación de barreras incluirá el reacondicionamiento del palacio de María Pita, así como otros edificios públicos.
Más de quince transportistas coruñeses, llegados desde todos los rincones de la provincia, hacen cola desde las cuatro de la tarde del día 27 para conseguir la tarjeta V.D.N., que les permitiría regularizar sus autobuses y que comenzarán a repartirse en la mañana del próximo día 2 de enero. Esto quiere decir que los transportistas están dispuestos a aguantar a pie firme, combatiendo lluvia, frío y cansancio, seis días y seis noches. Contando entre ellas, claro está, la Nochevieja y el Año Nuevo. La razón de la insólita cola estriba en que el organismo que expende las tarjetas, la Jefatura Regional de Transportes, dispone de un cupo de catorce tarjetas para toda la provincia de La Coruña, que se entregarán por riguroso orden de presentación, a los catorce primeros transportistas que las soliciten el 2 de enero. A la hora de redactar esta información eran ya quince los que hacían cola pero de aquí al día 2 llegarán muchos más. Entre todos ellos se encuentra una mujer, la esposa de un transportista que guarda cama porque está enfermo. Para gran parte de los transportistas, la tarjeta se debería dar a todos los que la necesiten para trabajar, y serían más de cincuenta los nuevos autobuses.
El alcalde, Alfonso Molina, informa a la Comisión Permanente del Ayuntamiento de que se ha recibido un cheque por 3.870.000 pesetas, destinadas para la compra de la Clínica Labaca. En este sentido, se ha designado una comisión para que haga el inventario de la finca y vea si está en las condiciones propuestas.
En la comisión, se informó también de las licencias de obras expedidas durante 1949, un total de 563, de ellas, 92 para edificios de nueva planta, y de la adjudicación del concurso para adquirir una cubierta de cristales en el patio donde va la escalera de honor, en 125.000 pesetas.
Se tomaron también disposiciones para la celebración de la festividad de fin de año, con velada en la plaza de María Pita. Se permitirán las expansiones populares, pero sin roturas de botellas ni otros excesos.
Dolores Bocija, de 22 años, y Liboria Iglesias, de 65, esposa y madre política de la víctima, Juan López Queijas, fueron detenidas e ingresadas en la cárcel del partido. La mujer declaró que, de recién casados, el esposo empezó a ausentarse del domicilio conyugal y que tardaba en volver a veces hasta cuatro y cinco días, siendo frecuentes los malos tratos sobre ella y su madre. Dijo también que se fue el día 18 de madrugada hacia Boedo y no volvió a saber de él hasta el 21, cuando el alcalde de barrio le avisó de que encontraron su cadáver. La dueña de la taberna declaró que la víctima salió del local por el camino hacia Vista Alegre. Se acentúa cada vez más la creencia de que la mujer y la suegra de la víctima, con o sin cómplices, han sido las autoras del crimen en su propio domicilio, siendo después trasladado el cadáver al sitio en que fue hallado.