El periódico del 30 de diciembre de 1996 llevaba a portada el acuerdo de Lendoiro con la Federación, el frío y la nieve en el norte de España, el ingreso en estado grave en un hospital de Cádiz de Rafael Alberti y el fin de la guerra civil en Guatemala.
La "Plataforma pola Autovía Gratuita" concluyó ayer una nueva campaña consistente en la recogida de pesetas y envío de las donaciones, adjuntando a la vez la relación nominal de las donaciones, adjuntando a la vez la relación nominal de donantes, a la Consellería de Política Territorial, Obras Públicas e Vivenda, a efectos de evitar que ponga en práctica el cobro por circular por la primera autovía gallega A-55 que une la localidad de Carballo con La Coruña. Uno de los puntos en los que se basan los miembros de la plataforma contra el peaje en la futura autopista que unirá la capital de la Costa da Morte con La Coruña es el hecho de que la carretera alternativa es una de las que registra el mayor índice de siniestralidad de toda Europa.
El poeta Rafael Alberti siguió evolucionando de manera favorable durante la jornada de ayer de la insuficiencia respiratoria grave por la que fue ingresado en el Hospital General dela localidad gaditana de El Puerto de Santa María. Los médicos han destacado "la lucidez digna de admiración" que presenta el poeta, que estuvo hablando animosamente con sus familiares.
Con la sensación de que el Deportivo se ha salido con la suya, el escabroso conflicto del cierre de Riazor está a punto de expirar. Será hoy --todo lo más tardar, mañana-- cuando quede definitivamente resuelto el asunto. La solución, tal y como adelantó ayer El Ideal Gallego, es, ha sido y será el diálogo. Lo único que falta es un apretón de manos, aunque sea simbólico, entre el Deportivo y la Federación. Así lo reconoció el presidente del club, Augusto César Lendoiro.
A menos de una semana del encuentro ante el Barcelona, el Deportivo regresó a los entrenamientos en una sesión que se celebró en Riazor. Estuvieron Flavio Conceiçao y Renaldo, que había llegado por lamañana al aeropuerto de Lavacolla, dejando con un palmo de narices a los doscientos aficionados que se dieron cita en Alvedro para darle un cálido recibimiento. Los brasileños se conviertieron en la gran atracción de un entrenamiento que fue seguido por unas dos mil personas.