Trabajar menos provocará que haya menos trabajadores. Esa es la idea que transmite el sector de la hostelería en A Coruña, donde ha sentado especialmente mal el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar. En uno de sus puntos incluye la disminución progresiva de la jornada laboral, primero a 38,5 y posteriormente a 37,5 horas y eso, según la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de la ciudad, tendrá como primera consecuencia un aumento en los costes que pagarán o bien el cliente o bien el empleado. Son las dos únicas alternativas que creen posibles a un incremento de costes que sitúan en el 6,7 por ciento.

Héctor Cañete, presidente de los hosteleros coruñeses, cree que la medida es un sabotaje a la negociación colectiva y critica que no se tenga en cuenta a los demás actores de la misma. “Si se firma un convenio colectivo entre los empresarios y los trabajadores y alguien se lo salta por encima ya no sé para qué valen los convenios”, se pregunta. Precisamente, en noviembre de 2022 se cerraba una larga historia de tiras y aflojas entre empresarios y trabajadores para la revisión del convenio coruñés, que dio en una subida salarial del 11,75 por ciento en tres años. Además, también se establecen varias garantías más enfocadas al descenso de la temporalidad. 

Los hosteleros coruñeses emplean términos como “supervivencia” para referirse al horizonte que imaginan con la nueva jornada pactada por PSOE y Sumar. “Todo eso afectará al mercado laboral y las empresas tienen que sobrevivir en el mismo”, advierten. “De lo que estoy seguro es que contrataremos menos y habrá más despidos. Ya puestos, es mejor trabajar sólo un día a la semana”, prosigue Cañete, muy crítico en su análisis con la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. “Es un absurdo todo, es una señora que desconoce cómo funciona una empresa y esto es lo que pasa cuando pones a alguien así de vicepresidenta”, exclama el presidente de los hosteleros coruñeses.

Costes 

El principal problema que han encontrado los profesionales de la restauración, bares y cafeterías a la hora de analizar un panorama a corto plazo pasa por el incremento de los costes, algo que ya de por sí estaba sobre la mesa en los últimos meses. “La reducción de la jornada laboral supone un 6,7 por ciento de incremento en el coste de los contratos para nosotros”, recuerda Cañete. “No podemos hacer contrataciones fijas para complementos de cinco o seis horas”, agrega. 

Finalmente, en caso de que el Gobierno siga cumpla el acuerdo entre PSOE y Sumar, la hostelería coruñesa afirma que se verá en una disyuntiva. “O subimos los precios y repercute al cliente o despedimos gente, pero de otra forma sería insostenible”, dice Héctor Cañete, que hasta ahora apuntaba que el gran problema para el funcionamiento de muchos de sus asociados era la falta de mano de obra.