¿A qué huele la Edad Media en A Coruña?

Entre todos los sentidos que despierta un paseo por la Feira das Marabillas el del olfato es uno de los más activos: pasa con facilidad del incienso y los jabones al cuero de los cuernos vikingos
¿A qué huele la Edad Media en A Coruña?
Un niño disfrazado del medievo pasa por un puesto de sangría | Javier Alborés

Sucede con las recreaciones históricas que la mística o el éxito del cine o algunas series crean un relato remozado e idealizado de ciertos momentos históricos y todo ello acaba por comerse en cierto sentido la realidad. No deja de ser la Feira das Marabillas lo que su propio nombre indica: una celebración festiva que toma un momento determinado para convertir la Ciudad Vieja en un gran escenario. Y vaya si consigue su objetivo en diversas vertientes. De un tiempo a esta parte relatos como el de ‘Vikingos’ o ‘El Señor de los Anillos’ se han convertido en uno de los reclamos predilectos con lo que en nuestro imaginario relacionamos directamente con ese momento. Pero de cuantos sentidos apela la Feira, además de la vista y el oído, el del olfato es quizás el más activo. 

 

En ocasiones la amalgama de olores es tan intensa que llegan al viandante entremezclados, pero siempre sin perder una sensación de viaje sensorial más que agradable, salvo que el epicentro de la restauración exista algún tipo de rechazo a las especias. La entrada más popular, desde la plaza de María Pita a través de la avenida de los Ángeles, es una intensa bienvenida a través de la nariz. A mano izquierda, casi con el número uno en la alineación centenaria de puestos, se agolpan quienes durante casi un año han estado esperando la llegada de Momu Aromas. Desde la alicantina población de Elda su responsable, Elisa, atiende a algunos fieles que han acudido a su llegada puntualmente durante los últimos 19 años. En su muestrario destacan los inciensos naturales y artesanos, entre los que la canela afrodisíaca es la reina. “La gente ya nos conoce y espera a esta época del año para reencontrarnos”, confiesa mientras, a pesar de que no es ni siquiera mediodía, se agolpan los curiosos. El desafío al olfato se hace cada vez más fuerte a medida que avanza la caminata. Pocos sobresalen por encima del queso de oveja madurado durante siete años


Enfilar cuesta arriba hacia la calle Melancolía (es imposible no tararear a Sabina) es hacerlo entre bolsos manufacturados en piel y otros motivos bélicos y musicales que despertarían al heavy más amodorrado. Se intuyen en la distancia las especias del popular kebab medieval de Azcárraga, pero aún así no pierde capacidad de reclamo las ceras vegetales de frutos rojos de Vilar de Velas, en Benidorm. La bolsita cuesta tres euros y dura meses, según asegura su vendedor. Intenso tiene que ser, porque aguanta el tirón de la muy próxima garrapiñada, un sabor tan fuerte como capaz de levantar pasiones y detractores.
Bromean unos turistas sobre el papel de atrezzo de la huelga de basuras y la conocida escasa higiene medieval. Sin embargo, cuando uno sale del mercado temático casi echa de menos volver lo antes posible. 

¿A qué huele la Edad Media en A Coruña?

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