El ligerísimo acento neerlandés, moldeado con cierta retranca y una creciente dosis de koruño, convierte a Jorn Lucas (Amsterdam, 1976) en un intérprete óptimo para analizar su país de origen como un modelo de movilidad hacia el que parece caminar la ciudad desde la llegada de Inés Rey a María Pita. Establecido en A Coruña desde el pasado 1 de agosto, este periodista de análisis económico continúa trabajando a diario desde su piso de Las Pajaritas para el medio BNR Nieuwsradio (Business News Radio). Además, a través de las redes comparte para los seguidores de toda Europa el día a día de su nuevo hogar.
¿Cómo se narra la historia del periodista neerlandés afincado en A Coruña?
En 1968, mucho antes de nacer, mi padre vino a Galicia para hacer unas prácticas a las afueras de Pontevedra, y se hicieron amigos de un señor, que es el abuelo de mi mujer, y de la hija, que es mi suegra. Luego, mi mujer vino a los Países Bajos y, en el fondo, sabíamos que algún día acabaríamos aquí. Siempre pensamos que A Coruña era mucho más internacional, con más oportunidades de trabajo: hay mar, Inditex, Estrella Galicia...
Su primera parada fue Pontevedra, un modelo de ciudad muy semejante al de su país de origen y ahora un espejo para A Coruña...
No sé si es una pequeña Holanda, pero lo que me hace muy feliz es que se intenta mejorar mucho la movilidad. Quiero coger como ejemplo Pontevedra, que hace veinte años tomó la decisión de sacar los coches fuera del centro, sabiendo que es una decisión a largo plazo. En A Coruña falta mucho trabajo por delante para lograr lo mismo. Veo el ejemplo de París o Londres, que miraron a Pontevedra y dijeron: “Coches fuera y peatones dentro”. Y eso es lo que vemos en calle de Compostela o plaza de Lugo. Hay muchos carriles para bicis, pero todavía pocas bicis. Es la historia del huevo y la gallina, pero está bien construir, preparar a la gente y decir: “Este es el camino a seguir”.
En el proceso van implícitas las protestas...
La gente protesta siempre. Es algo muy a largo plazo.
¿Cómo es la vida en un país de bicicletas y peatones?
Cuando empecé a conocer Galicia me dijeron que los gallegos nacen con un paraguas bajo el brazo. Pues bien, los neerlandeses nacen con una bicicleta debajo del culo. Así es muy fácil sacar el coche y aprovechar las infraestructuras para las bicis, hay más que personas. Es normal ver a una madre con un hijo delante, otro detrás y las bolsas de la compra colgando. Aquí es más difícil, pero mientras puedas cruzar la ciudad andando o ir en bicicleta a trabajar ya es un gran avance.
¿Qué pasa con la gente mayor?
No es un gran esfuerzo, además BiciCoruña tiene algunas eléctricas y las cuestas no son para tanto. No como las de Vigo, que son infernales. El beneficio para el medio ambiente y los peatones compensa. Lo ideal ya sería un transporte público eléctrico.
¿Cómo es A Coruña más allá de la postal turística?
Es una ciudad preciosa, cómoda y en la que se come genial, pero en mal estado y desgastada. Están mejorando muchas cosas, pero la zona de Las Pajaritas o Elviña son bloques de hormigón gris, feos, como arquitectura soviética de los años 60. La semana pasada compramos un piso en avenida de Finisterre, ¿cómo puede haber en una avenida tanto tráfico? Todos esos esfuerzos exigen dinero y tiempo, y seguramente hagas más enemigos que amigos, pero todo el mundo está de acuerdo en pensar en el medio ambiente.
¿Y los coruñeses?
Estaba acostumbrado a la bordería neerlandesa, pero aquí la gente es muy amable, abierta y dispuesta a ayudar. Se nota mucho en las tiendas y deberían tomar nota en el resto de Europa.