Hace 30 años que Juan Ferrer ligó su trayectoria y su clarinete a la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) tras haber pasado antes por la Banda Municipal de A Coruña. Hoy a las 20.30 horas en el auditorio de Ferrol y mañana a las 20.00 horas en el Palacio de la Ópera estrenará ‘Áurea’ una rapsodia concertante para clarinete y orquesta que Pacho Flores ideó para él.
“Es un punto de inflexión en mi carrera, porque me dedica un concierto Pacho Flores, un trompetista mundial, de lo más top que conozco”, asegura Ferrer, que recuerda que es “la primera obra que Pacho compone que no es para trompeta”. “Toco con mi orquesta, toco de solista, una obra dedicada por Pacho Flores, pero, como dicen en las películas ¿Alguien da mas? no se puede pedir más”, asegura sin poder esconder una sonrisa.
La pieza cuenta con multitud de contrastes, carácter mediterráneo, con toques latinos, venezolanos y argentinos, incertidumbre, toques de jazz, pero también melancolía y, sobre todo luz, explica el propio Ferrer, “no la puedes encasillar en un estilo concreto”. “Pacho me dice que soy un loco, pero mira quien fue a hablar”, asegura, mientras reconoce entre risas que “él, de broma, me dice que no ha compuesto un concierto para clarinete, sino que lo ha compuesto contra los clarinetes”.
Pacho le dijo que le haría “un traje a medida”, pero le hizo partícipe en todas sus fases de creación, “me mandó los embriones de la obra para ver qué me parecían y coincidíamos siempre”. “Para mí es muy especial, porque la voy a estrenar, pero conque para el público sea la mitad de especial que para mí, con eso ya me conformo”, apunta el clarinetista. “Este concierto es un concierto con el que me siento muy identificado y eso no me había pasado jamás”, afirma.
Hace 30 años apostó por la OSG y A Coruña y no se arrepiente. “Aquí podía estar con una orquesta con el nivel de esta, en una ciudad que, para mí, tiene de todo un poco, con una orquesta de referencia”.
Su hijo parece que ha querido seguir su camino. “Él venía, me escuchaba y me decía que quería tocar, yo le ponía un clarinete, cualquier boquilla con una cinta, que pensaba que ni sonaría, y el lo hacía sonar”, rememora, mientras añade que, ahora, con 27 años, “está por todo el mundo”. Estos días “está tocando con la Nacional de Bélgica, está triste de no estar aquí, pero le digo que no pasa nada, que es por estar tocando él”. Ya han tocado juntos y en mayo repetirán con la Gaos: “Es una gran emoción, indescriptible”.