Podrían montar un eficaz y resultón dúo cómico Xosé Antonio Touriñán y Lucas Pérez, quienes comienzan a potenciar un carismático producto humorístico en clave 'koruño' que funciona realmente bien. Sirvió el barrio de Monelos, cuna y latiguillo recurrente para referirse al futbolista, como ensayo para el gran pregón del próximo día 1 en María Pita. Al '7' se le veía no en su salsa, sino en a gusto con su gente: el más que reconocible acento local acentuó, valga la redundancia, lo cercano de su mensaje: “Si no fuese por mis abuelos no estaría aquí”. Y ese aquí subrayó la importancia de dar el pistoletazo de salida a las fiestas de un barrio que es indisociable de su abanderado.
Marcos y fronteras aparte, el acto que tuvo lugar en la avenida Salvador de Madariaga, para muchos Elviña y para otros tantos Monelos, evidenció la vigencia del reclamo de Lucas Pérez. Niños, adolescentes, talluditos y veteranos sacaban codos como el mejor central de Segunda para tener su selfie con el 'neno'. Las gafas de sol que portaba Lucas Pérez eran en este caso más una necesidad que postureo de celebrity: Lorenzo castigaba duro en hora punta.
En eso de la labia la voz cantante la llevaba el humorista profesional. Xosé Antonio Touriñán apeló al barrio “de los semáforos” y se metió al público en el bolsillo. Sin embargo, poniéndose un poco más serio, agradeció la labor de los “abuelos” para que las fiestas fueran una realidad. En realidad, 'Touri' hizo de telonero cómplice de un Lucas cuyos orígenes volvió a subrayar en su presentación: “Tenéis suerte de decir que Lucas es de Monelos”. Fuera coñas, o no, el héroe del ascenso le dijo a su compañero que no tenía ni idea de dónde estaba. Y ahí nació una promesa de esas del “no te atreves”: la fuente de las Pajaritas como alternativa a Cuatro Caminos para celebrar el ascenso a Primera. Lo planteó Touriñán y aceptó el desafío un Lucas Pérez al que las mesas comenzaron a hacer cada vez más pequeño en su afán de cazar autógrafos. A pesar de la proximidad hubo un momento en el que el hijo pródigo tuvo que decir basta: “Tengo que jugar”. Muchos presumían vía directo de Instagram o a través de las redes sociales de foto con su vecino. El Lucas, neno.
Curiosamente, al terminar el 'speech' de la 'extraña pareja' pareció quedar en segundo plano la actuación de una banda histórica del pop gallego: Los Limones comenzaron a tocar en una sesión vermú bautizada por dos pregoneros de lujo y que dejaron una promesa que muchos tienen grabada no sólo a fuego, sino en documento en su móvil.