Lucas Pérez monta el pollo en la plaza de Pontevedra

Más de 300 personas hicieron cola durante horas en el Coren Grill para conseguir una firma del ‘7’
Lucas Pérez monta el pollo en la plaza de Pontevedra
Lucas ve el vídeo de Iker, un joven de 15 años al que conoció en 2017 durante su presentación | Javier Alborés

Los coruñeses somos excesivos para todo. Hacemos de las colas una demostración de amor y fidelidad. Cuanto más adversas las condiciones y larga la espera, mejor. Lo mismo da que sea por unos abonos que para un incómodo viaje en bus a Tudela. Sin embargo, desafiar a ‘Caetano’, el temporal que azotó la ciudad durante toda la jornada, para acudir a una tienda de pollos y conseguir un autógrafo se sitúa en el ‘grandes éxitos’ de la bendita locura blanquiazul. Así se puede resumir lo vivido en el Coren Grill de la plaza de Pontevedra, donde más de 300 personas hicieron cola durante horas para ver a Lucas Pérez, al que por otra parte resulta bastante sencillo cruzárselo un día cualquiera por A Coruña. 


Los soportales dieron cobijo únicamente a los más madrugadores, aquellos que arribaron a la tienda con casi dos horas de antelación. La gran mayoría de los asistentes se protegió como pudo de la lluvia y el temporal. Las caras de los padres, de puro estoicismo por hacer felices a sus hijos, acabó por ser todo un poema. Es el caso de los progenitores de Javi, Jorge y Enzo. “Llevamos desde las 17.30 horas”, confesaban. No obstante, en honor a la verdad, el que así lo deseó llegó cenado a casa. El trasiego de bandejas con bocadillos, croquetas, ibéricos y alitas de pollo era digno de una boda y ayudó a matar el hambre y la sensación de potencial pulmonía


Llegada 

Con 32 minutos de retraso sobre el horario anunciado llegó Lucas Pérez. La cola era desmesurada que tuvo que bifurcarse y hacer dos hileras. Por una de ellas llegaba hasta Juan Flórez. Entre el agua que empababa a los asistentes y el calor, más bien fervor, que despertó la llegada de Lucas Pérez los famosos pollos de Coren estuvieron más cerca de cocerse que de asarse.


Tuvo mucho de simbólica la primera firma de Lucas Pérez. El de Monelos puso su rúbrica en una camiseta y un balón, pero antes Iker, un joven de 15 años, le pidió que visionase un vídeo de su móvil: ambos ya se habían conocido en la presentación del zurdo en la campaña 2017/2018, y el balón había sido un regalo de aquella presentación. Emocionado, casi llorando, Iker hizo que las dos horas y pico en primera línea fuesen una anécdota a cambio de unos segundos de magia. “¡Qué ganas de conocerte, Sara!”, le estampó posteriormente el deportivista a otra aficionada. 


Por el permanente de Lucas pasaron cromos, camisetas de diversas temporadas, balones, libretas e incluso prendas neutrales, previa comprobación “por si acaso” era del Celta. 


Uno de los asistentes le pidió a Lucas Pérez que su próximo gol lo celebrase mirando por un catalejo. Prometió intentarlo. Dicen algunos que sólo es fútbol. Que miren la cara de los niños. 

Lucas Pérez monta el pollo en la plaza de Pontevedra

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