Que Labañou ‘is different’ se confirma en una serie de matices y una forma de hacer las cosas que ha interiorizado su asociación vecinal. Por ejemplo, en el caso de las celebraciones de barrio, la Festa dos Porcos poco tiene que ver con la tradicional fórmula verbena-pachanga-juegos y atracciones. Se trata de un orgullo patrimonial recuperado en 2019 y que hace a directivos como María Eugenia Ambort (Neuquén, Argentina, 1989) tirar de orgullo. La plaza de la Tolerancia vivirá desde las 12.00 horas hasta pasada la medianoche una jornada ‘enxebre’ y de tradición.
¿Qué significan los Porcos para Labañou?
Es en realidad la fiesta del barrio, la recuperación de una tradición de la época y de muchas décadas atrás en la que el barrio era más bien rural. Hace algunos años promovimos la memoria histórica de la zona, hablando con la gente más antigua y recuperamos ese nombre.
¿Cuántos mantenían recuerdos de aquella época?
Los mayores hablaban con bastante cariño, además de ciertos registros fotográficos de la época que nos ayudaron a comprender lo que era un barrio de Labañou con gallinas, cerdos y poco más.
¿Qué es lo que han buscado a la hora de organizar esta edición?
Tenemos la fortuna de hacer la fiesta en coordinación con el festival ‘Aquí tamén se fala’. Fue una iniciativa del IES Rafael Dieste y acabó por expandirse por toda Galicia, con muchos referentes dando sus muestras de apoyo. Uno de los principales objetivos es que fuera una fiesta íntegramente en gallego, con la recuperación de la música tradicional y sus expresiones contemporáneas que tiran de esa esencia gallega con toques actuales. Primero estará más enfocada a la juventud, como en el caso de Grande Amore, y es algo que perseguíamos para atraer a esa juventud.
Hay pocos barrios con una identidad tan marcada...
Intentamos hacer las fiestas con ese sentido de importancia del gallego donde no solamente son las orquestas y la sesión vermú la oferta para los que vienen. Queremos darle un toque más tradicional, pero ajustado a los gustos de la gente que vive aquí en Labañou. Los niños son el actor central, porque le dan vida al barrio.
Son de las pocas zonas de la ciudad donde se puede ver cada día a niños jugando en la calle y no en la tablet...
En Labañou es lo normal, tanto en la playa como en el parque. Tenemos dos institutos y una escuela de Primaria que son parte fundamental de nuestro día a día, y también es una forma de hacer barrio de cara al futuro
¿Cuánto tiempo llevan trabajando en la organización?
Llevamos desde febrero con los preparativos de todo, aunque hemos tenido algunos contratiempos. El Ayuntamiento está un poco apurado con los presupuestos. Veníamos de años en los que podíamos contar con su ayuda para contratación, pero no ha sido hasta una semana antes de la fiesta que nos llegaron la confirmación y el cómo nos apoyarían. De ahí la explicación de que tuviésemos tan poco margen de tiempo para invitar a los vecinos.
¿Qué mensaje enviaría a los vecinos para comportarse como Porcos durante la jornada?
Es una oportunidad de encontrarnos, de compartir una jornada cultural, con un pregón a cargo de alguien como Belén Regueira, que es un personaje de la comunicación en Galicia. Sobre todo se trata de dar vida al barrio, preservando la música y la cultura gallegas.
¿Y cómo convencería al resto de la ciudad para unirse?
Solamente diría que Labañou mola mucho. Es la fiesta de nuestro barrio, pero abierta a toda la vecindad de la ciudad. Los esperamos para compartir y conocerlos. Somos el barrio del Depor también, y este año tuvimos mucho movimiento en ese sentido para vincularlo a la identidad del barrio.
Aproveche que están de fiestas para pedir públicamente soluciones para Labañou...
Apoyar las fiestas del barrio es lo primero, porque nos han dejado un poco fríos en esta ocasión. También creemos que hay que hacer una política más consolidada de apoyo a los vecinos, sin que estos tengan que estar pidiendo cada semana públicamente. Además, la reivindicación más importante es un Labañou abierto al mar. l