Solamente unos minutos antes de que el espíritu olímpico conquistase el planeta y de que la imponente ceremonia del Sena diese por inaugurados los Juegos de París, una competición mucho más enxebre dirimía un debate clásico de cada esquina de la ciudad: por primera vez dentro de sus fiestas patronales O Birloque incluyó un concurso de tortillas para coronar al mejor especialista de la zona. El honor recayó por mayoría absoluta sobre Mercedes Calo, una conocida vecina que, pese a las reglas del juego, se confesó ‘cebollista’: “Me salen más ricas con cebolla, pero no me dejaron. Las mías suelen llevar perejil, chorizo, tomate y lo que sea”.
Fueron cinco las finalistas sobre las que el jurado tuvo que dictar sentencia. De manera anónima, los candidatos habían presentado propuestas que iban del amarillo más tenue al intenso, que curiosamente resultó ser el vencedor final. También por todos los segmentos de edad recayó la responsabilidad de decidir: del joven Xoel a la señora Lola, pasando por Carlos Primo y Soledad. Todos ellos se tomaron su tiempo para, a las 18.00 horas y en plena ola de calor, degustar con criterio los generosos cortes que les ofreció la organización.
Durante los casi 50 minutos que le llevó al jurado decidir hubo tiempo para que el muy concurrido festival folclórico acaparase la atención de los presentes, que se dividieron entre los dos frentes abiertos.
Finalmente, la votación del jurado, que tuvo que calificar cada propuesta con entre 1 y 5 puntos, no dejó lugar a dudas: 19 puntos para Mercedes, 14 para el segundo clasificado, 9 para el tercero y el cuarto y 4 para el quinto.
La ganadora se llevó un premio, o beca como prefirió llamarlo la organización, de 100 euros. Además, recibió un diploma acreditativo de que la de Mercedes Calo es la mejor tortilla de patata de O Birloque.