Natalia Tena (Londres, 1984) es una británica de origen español, músico y sobre todo actriz, conocida sobre todo por encarnar a la maga Nymphadora Tonks en las películas de la saga de Harry Potter. Ayer, desafiando la lluvia, se acercó a La tienda que no debe ser nombrada, en la calle de Castro Chané, especializada ene merchandising de la obra de J.K. Rowling, para charlar con los fans de la serie que se acercaron hasta allí sobre las anécdotas del rodaje.
¿Su primera visita a la ciudad?
Aquí, sí. He venido varias veces a Galicia por mi banda, Molotov Jukebox, y también porque hice el Camino de Santiago.
Por eso hemos hecho llover, para recibirla. Lo hacemos con todas las personalidades.
Ayer llegamos y era un día fenomenal. Vimos la Torre, la gamba rara (la ‘Caracola’ de punta Herminia), la tortilla esta de Betanzos, el pulpo... hoy vamos a probar zamburiñas, Ribeiro, Albariño. He comprado queso de tetilla para llevar. Me encanta todo.
¿Qué tal con los fans?
Muy bien, son muy majos, y esta tienda me encanta. Normalmente hacemos esto en convenciones muy grandes, en palacios de exposiciones que no tienen alma. Esta tienda es muy bonita.
Una niña acaba de decir que el personaje que usted interpretó era su favorito.
Es muy mono, y cuando son niños es ¡Uau, qué bien! Pero creo que se enamoraron del personaje en el libro, porque hay mucho más de ella. Además, creo que para mucha gente que se siente que es una “outsider”: cuando eres un niño, no encajas en el colegio y Nymphadora simboliza un poco eso.
El personaje se cambia de pelo a voluntad, y todo eso.
(Se ríe) Sí, yo también lo hacía durante toda la adolescencia. He tenido el pelo de todos los colores.
Pero el personaje tiene una actitud positiva, ¿no?
Sí, pero creo que cuando iba a la escuela no tenía muchos amigos. Quizá uno o dos, pero era una chica rara. Creo que no fue hasta que entró en la orden (la Orden del Fénix) que ella encontró de verdad su sitio.
¿Qué es lo que suelen preguntarle los aficionados?
Me preguntan normalmente en qué casa estoy, con quién me llevé bien rodando, cuál es mi hechizo favorito, cuál fue mi momento más mágico de trabajar. Pero en la última convención al a que acudí, me dijeron “Quiero preguntarte algo que no te hayan preguntado nunca ¿Qué es lo que nunca te han preguntado?” (Risas). No supe cómo contestar eso.
¿Le preguntan a menudo sobre cómo actuar, los aspectos más técnicos de interpretar a un personaje?
Muchas veces me preguntan cómo me meto en el personaje. Si tengo un sistema. El mío cambia según el personaje. A cada uno llegas de una manera distinta: a veces es el acento, a veces la apariencia, o como se mueve... A veces pienso ¿Qué animal sería esta persona?
¿Y con Nymphadora?
No sé, con ella creo... Yo soy muy torpe, como ella, y cuando era joven aún peor. Siempre piensa que se le van a caer cosas, o que va a decir algo que no debe. Eso ayuda.
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Su personaje murió de una manera muy épica pero trágica.
Sí, yo hubiera preferido tener una escena de muerte de verdad, todo fue como muy rápido, como en el libro, pero no había tiempo para rodar todo. Había mucho “edit” (trabajo de edición).
Los fans protestaron. No querían que su personaje muriera. Les molestó.
Sí, pero en una guerra se tiene que morir gente. También uno de los gemelos Weasley tuvo que morir. Es lo que pasa en la guerra: la gente muere.
Y morir de una forma heroica queda bien.
Absolutamente. En el próximo trabajo moriré bien, heroicamente (se ríe).
Usted ha muerto muchas ya.
Muchas veces, de muchas formas. En obras de teatro, en “Juego de Tronos” (interpretaba a Osha) también moría...
Claro. Ahí también lo hacía peleando contra un villano. Otra muerte cargada de significado, mucho mejor que atropellado por un autobús, por ejemplo. En esas escenas se enseña que hay que saber morir.
Sí, también es una terapia para lo que nos va a pasar (Ríe).
Falleció hace poco Robbie Coltrane, que interpretó a Hagrid.
Era increíble, le adoraba desde que hizo “Craker”, Nunca coincidíamos, pero un día tuvo que repetir una escena y nos pasamos el día juntos. Y fuimos a Nueva York todos y ahí me lo pasé muy bien con él. Era todo un personaje y, además, me encantaba su acento escocés. Me parece sexy en un hombre.