La alcaldesa, Inés Rey, quiso acallar ayer las inquietudes de los vecinos de la avenida de Os Mallos por la reordenación de las plazas de aparcamiento de en línea a en batería. Los vecinos temen que el autobús se quede bloqueado cualquier día, puesto que apenas hay espacio para pasar. Rey señaló que los técnicos de Movilidad comprobaron a primera hora del martes que sí se podía. “De hecho, hubo que cambiar tres plazas para que el autobús pudiera efectuar el giro”.
Los cambios se hicieron a las diez de la mañana. “No hay ninguna incidencia más allá de que alguien haya hecho la foto cuando se hizo la prueba y venga con el catastrofismo de que no pasa el autobús”, declaró Rey, que añadió: “Lo que no hay ahora es doble fila, y a lo mejor por ahí, a alguno no le gusta”.
Según la alcaldesa, los técnicos se han asegurado de que pase (no muy holgadamente) no solo los autobuses, sino también los “camiones, las furgonetas de reparto, las bicicletas, los monopatines, y las señoras”.
Rey empleó el mismo tono irónico para recordar que así se han ganado 14 plazas, pasando de 77 a 91, para compensar en parte las que se perderán al peatonalizar Ramón Cabanillas. “Lo que no se puede es aparcara en doble fila”, repitió.