Las mareas vivas alcanzaron su máximo en casi dos decenios en A Coruña y Betanzos. El resultado de esta “serie de acontecimientos astronómicos” que se unieron y que no volverán a hacerlo en muchos años, causaron daños importantes en la capital del Mandeo. Allí, este río, como la ría y el Mendo, anegaron calles, establecimientos comerciales y viviendas, mientras que en A Coruña se convirtió en un espectáculo que congregó decenas de curiosos en los arenales del Orzán y Riazor, e incluso en O Parrote. 

Con todo, ante la ausencia de precipitaciones, viento y oleaje provocó que las consecuencias se notaron menos en A Coruña.En Betanzos, la peor parte se la llevaron los empresarios del puerto, que vieron cómo el agua subía 25 centímetros dentro de sus naves, ya que el nivel de la marea superó el de los últimos años en época de ‘lagarteiras’, cuando Mandeo y Mendo se cuelan en las casas de A Acea, A Ribeira o La Marina.

Máximos

“Sin temporales, la cota fue menor del máximo, que es de +30, pero aun así en nuestra nave alcanzó los 25 centímetros”, explica el propietario de uno de los negocios afectados, que insiste en que se deben adoptar medidas y, sobre todo, analizar en detalle la propuesta de acceso que se recoge en el proyecto de supresión del paso a nivel porque “justo donde quieren hacer aterrizar el viaducto de entrada”, el nivel del agua es elevadísimo.

El río, además de desbordarse en varios tramos, en otros entró en las viviendas a través de las alcantarillas y eso, aunque con los años se han acostumbrado, es siempre sinónimo de daños y suciedad.