La lluvia de estrellas fugaces de las perseidas es una de las citas anuales más importantes para los aficionados a la astronomía. 

Este año, la corriente de meteoros alcanza su cima la noche del 12 a 13 de agosto, pero la lluvia de estrellas fugaces no es un fenómeno puntual, por lo que se podrá seguir disfrutando de ellas en los días siguientes.

Además, este año el máximo coincide con una Luna casi nueva, que apenas aporta luz a la noche, por lo que será más sencillo observarlas que en otras ocasiones.

En el período de máxima actividad pueden llegar a verse cerca de 100 estrellas fugaces cada hora bajo un cielo muy oscuro y despejado. La contaminación lumínica hace que en las cercanías de las ciudades o en zonas con fuerte iluminación el número de meteoros visibles disminuya considerablemente.

Desde el viernes 11 y hasta el jueves 17 de agosto, las sesiones en directo del planetario de la Casa de las Ciencias incluyen recomendaciones para observar las perseidas. Para asistir es preciso obtener las entradas el mismo día de la sesión, desde la apertura del museo a las 10.00 horas.
 

Sin prismáticos

Para disfrutar de la lluvia de estrellas no se precisan instrumentos ópticos, como prismáticos o telescopios,
ni se requieren conocimientos especiales de astronomía, ya que los meteoros pueden verse por toda la bóveda celeste. 

Eso sí, todas las trayectorias parecen surgir de la constelación de Perseo (de ahí su nombre) que emerge por el horizonte en dirección nordeste pasada la medianoche.

Las Perseidas también se conocen como lágrimas de San Lorenzo, ya que el día 10 de agosto está dedicado en el santoral la este diácono de Roma que sufrió martirio asado en una parrilla en el año 258.

En realidad no son otra cosa que diminutos fragmentos del cometa Swift-Tuttle, que con un tamaño inferior al de granos de arroz, entran en la atmósfera a gran velocidad, dejando a su paso un rastro luminoso que puede llegar a durar varios segundos. Este cometa se acerca a la #Terra cada 120 años en su recorrido alrededor del Sol, renovando la corriente de partículas que nuestro planeta atraviesa cada año por estas fechas.