El nuevo sistema de cámaras de tráfico no avanza desde hace varios meses

El nuevo sistema de cámaras de tráfico no avanza desde hace varios meses
Un ojo electrónico observa el cruce de la calle de Campo da Estrada | Quintana

Probablemente, el proyecto más importante para la ciudad, y que más directamente afectará a las vidas de los coruñeses de este años es la llamada Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Siguiendo la directiva europea, que la convierte en obligatoria  para ciudades de más de 50.000 habitantes, A Coruña está dotándose de toda clase de sistemas de control de tráfico, de cara a una posible restricción. Sin embargo, la instalación de la compleja red de cámaras lleva meses paralizada, incluso antes del verano, sin que se haya anunciado ningún avance reciente. En otro caso, como los radares, sí han llegado y se han instalado, pero tampoco han entrado en funcionamiento. 


La ZBE es un sistema complejo. Incluye, por ejemplo, nuevos medidores de contaminación de la atmósfera, pero al coruñés medio no tiene motivos, puesto que vive en una ciudad con poca industria y expuesta al viento del Atlántico. Desde el Ayuntamiento, el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego había reconocido públicamente durante un simposio que la calidad del aire de A Coruña era buena y que eso hacía mucho más difícil convencer a los coruñeses de la necesidad de la ZBE. El único argumento es que se trata de una directiva europea, de obligado cumplimiento. 
 

Restricción de vehículos 

Lo que sí le preocupa al coruñés medio, y a cualquiera que visita la ciudad a menudo proveniente del área metropolitana, es la posibilidad de que se restrinja el tráfico a los vehículos más contaminantes, como los viejos diésel de más de veinte años de antigüedad. Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se publicó en diciembre (con datos de 2021), de 97.470 habitantes censados en A Coruña con 16 años o más (97.470), 51.820 tienen el coche como el principal tipo de vehículo utilizado en el desplazamiento al lugar de trabajo o estudio.
 

El Ayuntamiento ha tratado de disipar estos recelos en todo momento, insistiendo en que no está planeada esa restricción. Las primeras zonas en formar parte del ZBE fueron la Ciudad Vieja y La Marina, donde ya existía una fuerte restricción en el tráfico, con la circulación abierta a solo los vecinos, pero esta medida se instauró en enero y, más de siete meses después, no se ha avanzado para incrementar el espacio que abarca el ZBE.  
 

Por otro lado, sí se han instalado otros sistemas de control, como los radares, o más bien las cajas de radares (disponen de dos aparatos que rotarán), en los principales accesos a la ciudad: en la Tercera Ronda, la avenida de A Pasaxe, Salgado Torres o Finisterre. Todavía no están activadas, y no se hará sin previo aviso. Pero otros sistemas se retrasan. 
 

Inteligencia Artificial

Un ejemplo de ello es la presentación que tuvo lugar a finales de marzo en la sala de pantallas. Allí se anunció la instalación de la primera cámara con Inteligencia Artificial (IA) en la plaza de Ourense. La IA identifica cada movimiento captado por el teleobjetivo y diferenciaba si se trataba de un peatón, un coche o un camión. Meses después, no hay ninguna otra cámara IA operativa.
 

Igual ocurre con la Ciudad Vieja, donde se suponía que varias cámaras debían vigilar el acceso restringido a los vecinos. A día de hoy solo existe alguna, como la de la calle de Campo de A Estrada, frente a la Farmacia Militar, pero no sanciona, como confirmaron fuentes municipales. 
 

Son casi 200 cámaras las que se controlan a día de hoy desde la sala de pantallas y se espera que sean más de 400 gracias a los fondos europeos Next Generation, nada menos que seis millones de euros, con los que se financie la ZBE. Bruselas exige puntualidad y rigor cuando se trata de hacer inversiones con el dinero europeo, de manera que el Gobierno de Inés Rey tiene que cumplir los plazos. Ahora bien: no es la primer vez que ocurre algo parecido. 
 

El precedente más inmediato es el proyecto de Smart City, que el Gobierno de Carlos Negreira elaboró con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). La idea era instalar sensores en puntos y servicios estratégicos de A Coruña para hacerla una ciudad más eficiente, como también pretende la ZBE. Negreira consiguió 11,5 millones de euros para este sistema de cámaras, pero nunca llegó a activarlas. 
 

En realidad, el PP no ejecutó más del 35% del presupuesto, según señaló la Marea al llegar al poder. El gobierno de Xulio Ferreiro sí las activó, pero solo para no tener que devolver los fondos europeos.

El nuevo sistema de cámaras de tráfico no avanza desde hace varios meses

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