La ciudad se vistió de verano en muchos sentidos. Más allá del sol y las temperaturas agradables, el ambiente en hasta tres localizaciones diferentes mantuvo el concepto de fiesta activa hasta entrada la madrugada. .

Comenzó Matogrande con su evento Koru Neno, una especie de reivindicación o potenciación del comercio local que llevó a los establecimientos, incluida la hostelería, a canjear consumiciones por premios en forma de castañas, juegos infantiles o más consumiciones gratuitas. Tomaron el protagonismo los más pequeños, que se lo pasaron en grande hasta el cierre, a las 16.00 horas. La colaboración entre la FUCC (Federación Unión Comercial Coruñesa) y Matogrande dejó un gran sabor de boca.

Desde la puesta de sol la plaza de Azcárraga emprendió un viaje a la nostalgia con talleres artesanales, juegos tradicionales y populares, así como un magosto masivo. El broche lo puso el protocolario hechizo de la queimada, el clímax perfecto por el entorno místico. Fueron cientos de personas las que llenaron durante horas el epicentro de la Ciudad Vieja. Una gran pancarta de la agrupación vecinal del barrio sirvió, además, para reivindicar una vez más un tipo de fiesta muy concreto hacia la que ya se dirigió el Rosario.

La calle de la Torre, de fiesta

En pleno mes de noviembre pueden darse por concluidas finalmente las celebraciones de barrio, el gran redescubrimiento de este 2022.

Saldó una deuda que arrastraba desde hace un mes Monte Alto, con los conciertos de Treixadura, Dios Ke Te Crew y Crimson and Clover en la calle de la Torre.