Un hombre que se codeó con Cornide, con cónsules como Jardine o incluso con personalidades que a la postre serían presidentes de Estados Unidos, como John Adams, fue también un arquitecto que tuvo la que se considera la primera idea de homogeneización de la fachada marítima de A Coruña, antes de que la ciudad soñase con tener su propio rostro.
Se trata de Pedro Martín Cermeño, quien fuera Capitán General a finales del siglo XVIII y cuya memoria ha caído prácticamente en el olvido, “exceptuando a cuatro eruditos”, explica Alfredo Vigo Trasancos, que ayer le dedicó su conferencia con motivo de la Semana Internacional de los Archivos, en el Arquivo do Reino de Galicia.
Cermeño fue ingeniero militar, pero en el recuerdo quedaron sus intervenciones arquitectónicas. Recuerda Vigo Trasancos que realizó proyectos como la catedral de Lleida, la iglesia de Santa María del Puerto en la Barceloneta o la planificación “de lo que hoy son las Ramblas de Barcelona”. Pero en Galicia, sobre todo en A Coruña, también dejó su huella.
Primero ideó “una plaza regular donde está la de Azcárraga y de la Constitución”. Allí planificó un “conjunto arquitectónico presidido por el edificio de Capitanía, con casas iguales, casas porticadas, una plaza para mercados, todo presidido con un proyecto de edificio para el Ayuntamiento, pero no fructificó”.
Otro de sus proyectos fue esa homogeneización de la fachada marítima, con las llamadas Casas de Paredes, de las que sólo desarrolló una parte. Las proyectó en el “foso insalubre” tras el andén de la Marina, “que daba al mar”. “Él decide rellenarlo todo, nivelarlo a la altura del andén y repartir todo ese suelo en solares, regalárselo a aquellos que estén dispuestos a levantar casa allí, pero con la condición de que todas tienen que ser iguales a un modelo de edificio, de fachada, que él va a proporcionar”, explica Vigo Trasancos. Este proyecto, que “solo se hizo a medias”, abarcaba “desde el Cantón Grande hasta donde está hoy el teatro Rosalía, que en origen disponía allí la iglesia de San Jorge antigua”. “La vista desde el mar hubiera resultado espectacular”, asegura sobre el posible proyecto de Cermeño, dando una imagen más similar “a las ciudades portuarias francesas”, en lugar de la “imagen más humilde” de las gallegas. Además, se proyectaba una plazuela, que daba al mar, presidida por el antiguo edificio de la Audiencia, donde hoy está la Subdelegación del Gobierno.
“Creo que es realmente una injusticia su olvido por el papel que tuvo”, asegura Vigo Trasancos sobre Cermeño, que cree que debería tener una calle.