El entrenador y la estrella del Depor son criminales, al igual que los centenares de asistentes a la última función de la obra cómica protagonizada por Carlos Blanco y Xosé Antonio Touriñán. Si tenían pensado encontrarse son dos actores estupendos, pero lo cierto es que el técnico y el punta se fundieron en un abrazo que levantó incluso algún aplauso y admiración en las primeras filas de la platea.
En la obra dicen que falta poco para el fin del mundo, pero al menos, risas mediante, el fin del mundo cogió a los coruñeses echándose unas risas con dos de las personas encargadas de manejar sus sentimientos. En realidad, Gilsanz, Pérez, Blanco y Touriñán tienen una misión común: hacerles felices. Y lo consiguen casi siempre.