Una noche más, la ciudad se levantó con unos contenedores incendiados. Se trata de la segunda vez en lo que va de semana y son varios casos en lo que va de mes, así que todo apunta a un incendiario que se dedica a destruir el mobiliario urbano.
En esta ocasión le tocó el turno a la avenida de Gran Canaria y a la muy cerca calle Educación. En ambos casos, contenedores subterráneos de papel, lo que garantizó mucho combustible e imponentes llamas. La primera vez tuvo lugar a las once y media de la noche del martes, y en esa ocasión los testigos pudieron sofocar el fuego antes incluso de que llegaran los Bomberos.
Sin embargo, en la segunda ocasión, no hubo tanta suerte: el incendio había crecido y estaba completamente desarrollado para cuando se personaron en el lugar los servicios de emergencia. Tuvieron que emplear 1.500 litros de agua para sofocarlo.
La madrugada pasada, el fuego se había localizado en la avenida de Salvador de Madariaga, donde también habían ardido dos contenedoers. Las llamas habían afectado a un árbol situado en una propiedad privada. Por otro lado, los fuegos en los contenedores suelen afectar a los coches estacionados en las cercanías o, incluso, las fachadas de los edificios.