La obsesión de los adolescentes por el skincare se ha convertido en una moda peligrosa para unas pieles tan jóvenes, un problema que se acentúa en estas épocas de regalos y que trae de cabeza a muchos padres. El jefe de Dermatología del Chuac, Eduardo Fonseca, recuerda que a esas edades los cuidados necesarios son mínimos y pide no dejarse llevar por el consumismo.
Fonseca explica que la mayoría de estos artículos de cuidado de la piel tienen contenido graso o hacen efecto oclusivo, es decir, obstruyen los folículos pilosebáceos. “Eso es lo que más problemas da porque produce casos de acné. En la adolescencia ya hay una predisposición, si encima pones productos que producen oclusión empeora mucho. Muchas veces vemos casos en jóvenes que no tenían ningún problema”, advierte el dermatólogo.
La irritación de la piel también está entre los problemas más comunes derivados de la utilización de estos artículos en la adolescencia. “Muchas veces estos productos tienen efecto peeling sin ninguna necesidad, lo que puede producir efectos irritativos”, advierte Fonseca.
El dermatólogo del Chuac habla también de cuadros de dermatitis, los más comunes aquellos que se producen por contacto o los que provocan reacciones con el sol, también conocido como fotodermatitis. “Esto muchas veces lleva también a pérdidas de pigmentación por el proceso inflamatorio”, señala Fonseca.
En este sentido, pone en el foco también a los productos naturales, que utilizan extractos de plantas que son fotosensibilizantes y también pueden producir reacciones al exponerse al sol.
En este escenario, el dermatólogo explica que a esas edades tan tempranas “son innecesarios”. “Las niñas, en general, no necesitan nada más que lavarse la cara. Ya en la adolescencia se puede utilizar una hidratante pero hasta ahí, no hace falta más salvo que haya una patología de base”, afirma.
“Una de las cosas que más envejece la piel es fumar. Ves adolescentes dándose un montón de cosas y luego fumando. O quemándose, que eso ya no solo envejece la piel si no que da más problemas”, alerta Fonseca.
En casos en los que ya existe una patología de la piel, lo recomendable es consultarlo con un profesional médico aunque, si son casos leves sin un tratamiento, también pueden acudir a su farmacéutico de confianza.
Muchos de estos productos de skincare, si no hay ningún problema que los justifique, no son necesarios ni recomendables hasta muy entrada la veintena. “Para prevenir arrugas, que es lo que a la gente le suele preocupar, lo más importante es primero no fumar y después evitar la quemadura solar y usar gafas de sol. Eso previene mucho las arrugas de expresión y demás. Y luego utilizar una crema hidratante habitualmente. Eso está demostrado que, a largo plazo, disminuye el envejecimiento”, explica Fonseca, que habla de una “incitación al consumo sin medida y dirigido por personas sin ningún conocimiento sobre lo que realmente es un cuidado de la piel”.
“Ahí ya no se trata de venderte una cosa, se trata de crearte un hábito de consumo. Piensan que tienen que darse 17 cosas que a los 16 años no tienen ningún fundamento”, lamenta el experto.
A los padres, el jefe de dermatología del Chuac les recuerda que es fundamental “saber qué es lo que compran (los adolescentes) y qué necesidad tienen de ello”. “Lo principal es que los productos sean de un circuito comercial serio, que tenga su trazado, estén autorizados en la comunidad europea, que se vea claro el contenido que tienen, etc”.
“Hay que evitar caer en un consumismo inducido sin fundamento de productos generalmente caros y la mayor parte de las veces innecesarios. Las recomendaciones generales no son válidas”, zanja Fonseca.