El Ayuntamiento comienza el curso político con un pleno, el del próximo jueves, en el que se aprobarán de forma definitiva dos ordenanzas que llevan mucho tiempo en el cajón: la de drones (que la Policía Local lleva usando desde el verano) y la de Bienestar Animal, que incluirá la sanción a los dueños de los animales que no diluyen los orines que dejan en la calle con agua, además de convertir a la playa de Bens en el primer arenal canino de la ciudad.
El 13 de abril se aprobó de forma inicial la ordenanza de bienestar animal pero ha habido que esperar hasta esta semana para que se ratifique como es debido y entre en vigor. Este retraso en aprobar la ordenanza es anómalo. Normalmente, el plazo no va más allá de dos meses: existe un periodo de exposición pública de unos 20 días hábiles para presentar alegaciones al texto. Después, se lleva a pleno.
La ordenanza de drones también se ha demorado mucho tiempo: aunque el Ayuntamiento presentó el nuevo equipo en enero de 2021, no han estado operativos hasta este verano, en parte porque era necesario entregar a los agentes en su uso y también porque existe una gran cantidad de barreras normativas para volar un aparato en una zona afectada por el espacio aéreo del aeropuerto de Alvedro. Esto obligaba a pedir permisos especiales cada vez que se disponía a emplear un dron, que se usó por primera vez durante las celebraciones de la Noche de San Juan.
Irónicamente, el dron también se usó para sancionar a los dueños de los perros que no cumplían la ordenanza que obligaba a llevarlos sujetos con la correa. Esta operación se llevó a cabo en el Paseo de los Puentes el 16 de agosto, y causó una gran expectación. Era la primera vez que perro y dron se encontraban.