Después de 48 horas especialmente complicadas para los servicios de emergencia, toda la comunidad en alerta máxima por la entrada de ‘Louis’, el cierre de arenales y zonas verdes, la prohibición de acercarse al mar y la activación del protocolo por riesgo de inundaciones en el interior del área coruñesa, el aviso pasó a naranja por olas y amarillo por viento para iniciar la semana en la costa de A Coruña.
Las previsiones apuntan a que este martes, e incluso el miércoles, la meteorología dará una tregua, pero el jueves, último día del mes de febrero, entrará un nuevo frente y con él volverán el viento, la lluvia y el granizo, de acuerdo con la información aportada por MeteoGalicia.
El temporal causó un rosario de incidencias en la ciudad y su comarca, desde la casi desaparición de la duna de Riazor a la caída de ramas, árboles y cascotes en distintas calles del centro pasando por el desvió de dos vuelos del aeropuerto Alvedro a Santiago o la interrupción de la circulación de trenes entre A Coruña y Betanzos-Infesta.
Así, según informó el Adif, a primera hora de la mañana del lunes, debido a un desprendimiento de tierra, quedó interrumpida la circulación en la bifurcación O Burgo-Santiago, lo que afectó a los trenes que circulan entre la capital coruñesa y la Estación de Betanzos-Infesta (O Norte).
Durante la intervención de los operarios para solucionar la situación, que se alargó varias horas para restablecer el tráfico ferroviario, la entidad estableció transportes alternativos con transbordos por carretera entre la ciudad herculina y el ayuntamiento lucense Guitiriz.
En cuanto a la duna, ésta no pudo soportar la fuerza de ‘Louis’ y acabó arrasada en varios tramos, por lo que los operarios municipales tuvieron que emplearse a fondo desde primera hora de la mañana para completar su reposición, al tiempo que realizaron tareas de limpieza de la arena que el mar arrastró hasta el paseo marítimo de A Coruña.
El viento también condicionó la circulación por carretera, con importantes retenciones en los accesos a la ciudad desde los municipios de su entorno, e incluso peatonal, siendo necesario desplazar hasta la paseo marítimo varios agentes del 092 para ayudar a cruzar a los transeúntes, incapaces de avanzar debido al vendaval, en el entorno de la avenida de Rubine y la calle de Modesta Goicouría.
Aunque en principio estaban para controlar el tráfico y asegurar que nadie se acercara demasiado hasta el arenal, tuvieron que auxiliar a más de uno, y algún ciudadano llegó a caer al suelo por las fuertes ráfagas que azotaron este lunes A Coruña.
Así, los agentes decidieron extremar las medidas de seguridad y cerraron el paso para que nadie pudiera cruzar mientras una excavadora trataba de levantar de nuevo la duna de Riazor.
En las últimas horas también se registraron importantes precipitaciones, de hasta 72 litros por metro cuadrado en la ciudad, de acuerdo a los datos proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La actividad de los Bomberos no cesó en ningún momento en las últimas horas, con salidas desde las nueve y media de la mañana para la retirada de carteles, pancartas señales y otros obstáculos, así como intervenciones para sanear tejados y fachadas, en las calles de Tomás Fábregas y de Costa Rica, y en las avenidas de Labañou y Monelos, además de en Río Tambre, Durán Loriga, Monasterio de Caaveiro, Franja, Vales Villamarín, As Xubias y Juan Díaz Porlier.