Mientras los datos de ocupación en las viviendas de uso vacacional en verano son “muy buenos”, los propietarios de estos inmuebles no logran esconder su “preocupación” por lo que ocurrirá una vez entre en vigor su ordenanza. Las viviendas turísticas se han convertido en objeto de polémica a nivel político, dado que se considera que dificultan el acceso al alquiler en un mercado tan tensionado como el de A Coruña, que registra mes a mes un nuevo precio máximo por metro cuadrado. 

“Se anticipa que van a aplicar la normativa con carácter retroactivo. No queda claro cuál es la situación en la que queda y estamos muy preocupados. Nos parece bien que se regule pero que se respeten los derechos de los trabajadores. Estamos muy estigmatizados”, señala el vicepresidente de Aviturga, Rafael Serrano. 
 

Los pisos de alquiler turístico de la ciudad están inscritos en los registros de la Xunta. Sin embargo, el Ayuntamiento pretende que se regule a través del PXOM de 2013, considerados como negocios. Es decir, como de uso terciario, y no vivienda (algo con lo que no está de acuerdo el sector). En el caso del área cubierta por el Pepri (Plan Especial de Protección y Reforma Interior) de Ciudad Vieja y Pescadería, eso obligaría a abrir pisos de alquiler turístico solo en bajos y en bloques dedicados íntegramente a esa función. En el resto de la ciudad, podrían ocupar planta baja y primera. 
 

La ordenanza de viviendas turísticas se presentará en septiembre, tal y como se adelantó en la última mesa de vivienda celebrada en junio, momento en el que la Concejalía de Vivienda comenzó a requerir a los propietarios que se diesen de alta como actividad económica.