Probablemente, después de la huelga que en verano llenó las calles de basura, el coruñés medio está harto de oír hablar de ella. Ahora que las calle están limpias, parece que los problemas han terminado. Pero el Ayuntamiento mantiene abiertos varios frentes en este campo. Uno es el del quinto contenedor. Pretende instalarlo cuanto antes, de manera que los coruñeses pronto tendrán que aprender a separar la basura de nuevo. Desde el Ayuntamiento se limitan a señalar que “estamos traballando coordinadamente coa Xunta para la instalación do quinto contenedor”. Es dudoso que esto mejore el reciclaje. De hecho, la plataforma Nostián con futuro, que engloba asociaciones vecinales y ecologistas, recogió firmas a principios de año para evitar que se implantara este recipiente porque supone seguir el modelo de la planta de reciclaje de la Xunta, Sogama, que recicla o incinera la mayor parte de los desperdicios de Galicia, pero que, según el colectivo, es menos eficiente. La asociación ecologista Adega, que forma parte de la plataforma, señaló que, en 2022, Nostián cuadriplicó la recuperación de envases” frente a la planta de Sogama, que acumula la mayor parte de los municipios de otros puntos de Galicia.
El Ayuntamiento está decidido a dar el paso, pero ha de decidir aún a qué destina ese nuevo recipiente.
El Ayuntamiento insiste en que no tiene más remedio que seguir la directiva europea que ordena implantar el quinto contenedor, aunque algunos expertos matizan que la orden europea lo que ordena es simplemente separar la basura en origen, algo que ya hace. El mandato pasado, la entonces concejala de Medio Ambiente, llegó a redactar una solicitud de excepcionalidad, pero nunca lo envió, asegurando que no tenía el apoyo de la Consellería de Medio Ambiente.
Conviene recordar que en diciembre de 2022 el Ayuntamiento presentó un anteproyecto de Nostián en el que ya anunciaba el cambio de modelo actual al quinto contenedor. Pero el rechazo al proyecto, sobre todo por parte del Consorcio As Mariñas, que gestiona la recogida en el área metropolitana y envía más del 40% de la basura que recibe Nostián, obligó al Gobierno local a echarse atrás y comenzar nuevas negociaciones con este ente.
Se podría dar la paradoja de que este quinto contenedor no mejorase el reciclaje, sino que lo empeorase. ¿Por qué? Porque este quinto recipiente se suele emplear para los envases, y como ya se apuntó antes, los niveles de recuperación de estos en la planta coruñesa son mucho mejores que los de Sogama, pese a que en el modelo Nostián no tiene contenedor específico y ese tipo de restos van al contenedor de los inorgánicos.
La gestión de los contratos de Medio Ambiente es uno de los puntos más polémicos del Gobierno local
Es de suponer que mantener su función en el futuro ayudaría al consumidor a sostener los niveles de separación en origen, que garantizan el éxito en el reciclaje. Nostián recupera envases por valor de 8,5 millones, pero a día de hoy el convenio del Gobierno municipal con Ecoembes, que es la entidad que agrupa a los fabricantes de envases, está decaído (como pasa, por otro lado, con la mayor parte de las ciudades de España).
La concejalía de Medio Ambiente ha de decidir a qué destina ese nuevo contenedor. Según los expertos medioambientales consultados, hay dos opciones: a envases (así es en el modelo Sogama, en el que tiene color amarillo) o bien a restos (lo que significa prácticamente cualquier cosa que no encaje en los otros cuatro contenedores).
Sería necesario celebrar varias campañas de concienciación una vez comiencen a instalarse los nuevos contenedores. Es una medida muy común que se considera necesaria para mantener unos aceptables niveles de separación en origen, que en A Coruña han sido siempre altos (relativamente). Inés Rey había asegurado que “sobre todo se hará esa pedagogía que hay que hacer a nivel ciudadano en la que el Ayuntamiento tiene un papel importante”. El Gobierno local lleva años sin realizar ninguna campaña de este tipo, como reconoció la concejala de Medio Ambiente del anterior mandato, Esther Fontán, denunciando la falta de independencia que tenía su concejalía a la hora de llevar a cabo esas iniciativas. Durante su breve paso por la Concejalía de Medio Ambiente, Noemi Díaz tampoco llevó a cabo ninguna. Tras una reorganización del Gobierno local en junio, Díaz se ocupa ahora de Movilidad y su antigua área quedó en manos de Yoya Neira, una veterana socialista que ya ocupó cargos de responsabilidad durante el Gobierno de Javier Losada, pero que no tiene experiencia en residuos. Anteriormente se ocupaba de Bienestar Social.
La instalación de cientos de contenedores nuevos obligará a Medio Ambiente a trabajar con Movilidad para determinar dónde ubicarlos. Esto es importante porque el espacio en las calles está muy medido, y hay que distribuirlo entre zonas de carga y descarga, plazas de minusválidos, aparcamiento, paradas de bus y, por supuesto, contenedores. Algunos cálculos estimaban en que la instalación del quinto contenedor supondría entre 1.200 y 1.400 plazas de aparcamiento, dependiendo del tamaño.
La situación irregular de las dos concesiones dificulta la implantación de este nuevo sistema
El quinto contenedor no solo roba espacio, también supone un sobrecoste: la actual concesionaria, la UTE Atlántica, fue la que cambió los contenedores antiguos, ya muy deteriorados, por los nuevos que se pueden ver por la ciudad. Son 2,7 millones del contrato que se concedió en enero de 2020 y que ahora tendrá que aumentar de forma importante: los expertos consultados apuestan por que el nuevo contenedor sea de restos inorgánicos (que no sean envases ni embalajes) porque entonces no harían faltan tantas unidades.
Un nuevo sistema de contenerización significa un nuevo sistema de recogida y un nuevo sistema de reciclaje, todo va unido. La planta de Nostián, que en su día fue pionera en España, está obsoleta después de veinte años de servicio, y no está adaptada para la recogida de ese contenedor. Sin embargo, los más optimistas señalan que una de las naves de tratamiento, la último que se construyó, solo tiene diez años y se encuentra en buenas condiciones de servicio. “Se podría adaptar para el contenedor amarillo de un día para otro”, opina uno de los expertos consultados.
Por otro lado, está la recogida de basura. Prezero es la concesionaria que presta este servicio. Tanto Prezero como Albada, la gestora de Nostián, están trabajando en situación irregular. En el primer caso, por una sentencia del TSXG que declaró nula la concesión. En el segundo, porque el contrato caducó en diciembre de 2019 y el Ayuntamiento ha sido incapaz de licitar otro hasta la fecha. No es un caso único (el interventor municipal tacha las concesiones caducadas de problema estructural) pero se trata de los dos de los contratos más importantes que concede el Ayuntamiento.
Por último, está el coste del servicio, porque repercutirá directamente en los bolsillos de los contribuyentes. Esto también es una directiva europea, que tiene como objetivo fomentar la eficiencia y evitar subvenciones.
Actualmente el Ayuntamiento paga 109 euros por tonelada. Pero algunos (como el alcalde de Oleiros, García Seoane, miembro del Consorcio As Mariñas, que lo denunció hace unos días) apuntan a que la subida podría superar el 30%, a lo que hay que añadir la subida de un 35% de principios de año, que el Ayuntamiento justificó señalando que hacía tiempo que no se actualizaban las tasas. Todo parece indicar que se actualizarán de nuevo.