El rechazo de 48 vecinos a través de un grupo de whatsapp parece haber convencido a los responsables de Urbanismo para replantearse el plan director del Barrio de las Flores. Al menos esa es la conclusión a la que llegó la máxima responsable de su asociación, Caluxa Barrientos, tras una reunión con los técnicos municipales. “La sensación es satisfactoria y estaban por la labor de colaborar”, comentó.
La principal preocupación de los residentes pasaba, y pasa, por el acondicionamiento como verdes de las áreas anexas al polideportivo y la iglesia, así como de la plaza de los Fresnos. Sin embargo, no acaba de convencer ese concepto a quienes ven en ello un sinónimo de quebradero de cabeza a la hora de aparcar y de la pérdida de plazas habilitadas para ello. “No todo es que las cosas queden bonitas, también queremos vivir aquí”, recuerda Barrientos, en referencia a los famosos “establos” a los que se refirió recientemente la alcaldesa para aparcar los coches-vacas hace recuerda el carácter obrero del barrio: “Lo que no queremos es que nos quiten aparcamiento, la gente no puede permitirse pagar una plaza de 50 o 100 euros al mes por una plaza de garaje”.
El método de funcionamiento de la asociación vecinal del Barrio de las Flores fue tan sencillo como directo: La realización de una encuesta vía whatsapp, con las impresiones correspondientes de cada uno de los 48 vecinos participantes en el grupo sobre las necesidades de la zona. El pabellón y su entorno, así como la plaza de los Fresnos se convirtieron en el tema estrella, y la presidenta Caluxa Barrientos solamente necesitó sacar el móvil y mostrar los testimonios del grupo para hacer constar el desacuerdo. Al menos a priori, resultó una forma efectiva de explicarse. “Les explicamos que no queríamos el proyecto de zona verde, que necesitamos aparcamiento, y como se trata de un estudio y no un proyecto ya terminado lo estudiarán otra vez”, indica.
Otra de las actuaciones sobre las que Las Flores solicitó una revisión hace referencia a los locales comerciales abandonados en los bloques 34, 35 y 38, a la altura de la calles Violeta y Tulipanes. Los vecinos apuestan por mantener la vocación comercial de los mismos en lugar de la construcción de viviendas.