Reportaje | Acerca de las Milicias Urbanas

Reportaje | Acerca de las Milicias Urbanas
Las Milicias Urbanas, durante una representación histórica a cargo de The Royal Green Jackets | Pedro Puig

Se trataba de una fuerza militar de carácter local, sostenida por el Municipio, compuesta de diversas compañías, La Coruña, tenía a su cargo un total de 12 de aquellas compañías, cuya misión principal constituía en movilizarse en caso de una eventual guerra, haciéndolo como una fuerza de reserva para intervenir en la defensa de la ciudad.


El Cuerpo de Inválidos se crea en 1717, para acoger a los veteranos inútiles en el servicio de las armas, en 1761 a estos cuerpos se les dota de una nueva organización, dividiendo los cuatro existentes en Andalucía, Castilla, Galicia y Extremadura, en compañías de hasta un total de 30 miembros, repartidos por todo el territorio español.


Estas compañías, dotadas de inválidos hábiles, estaban encargadas de salvaguardar la tranquilidad y la paz de las poblaciones en que estaban destinados y cada una de estas compañías estaba dotada de 30 hombres inválidos, pero en condiciones de portar armas, su misión, la de vigilancia, y los dueños de las casas estaban obligados a proporcionarles alojamiento, durante la noche se constituyen en compañías que patrullan las calles y tenían la obligación de inspeccionar las casas públicas de hospedaje y estaba a su cargo el control de entrada y salida de los forasteros, así como de vagabundos.

 

Prestaciones

Como estas compañías, no cubrían en sus prestaciones a toda la Nación, entonces se da paso al nacimiento de las Milicias Urbanas, cuya base de reclutamiento estaba formada por jornaleros, artesanos y demás personal que fuese útil a éste servicio. Se requería determinadas cualidades, entre ellas ser voluntario, tener una talla mayor de 5 pies, buena presencia y de edad comprendida entre los 18 y 40 años. Estos cobrarían 25 reales al mes y vivirían en sus casas. Su misión consistía en patrullar por las noches mezclados con los inválidos y les quedaba el día libre, para atender a las labores cotidianas de cada uno.


La existencia de la Milicia Honrada, constituida durante la Guerra de la Independencia, tenía como misión la de guardar la plaza que se quedaba sin fuerzas de ejército para su defensa, manteniendo el orden y la seguridad de la población, todos estos cuerpos dependían del poder local, es decir, el Ayuntamiento, era quien equipaba y sostenía económicamente a estas unidades armadas.


Al finalizar la guerra napoleónica, al igual que acontece en toda España, la situación de las Milicias, llega a ser crítica y en la década de los años 20 y 30, estos cuerpos se politizan de tal modo, que se convierten en una fuerza armada partidista de un determinado grupo político o de ideal afín, cambiantes según el Gobierno ó de sus propios intereses, esta politización acabará por hacer desaparecer a este cuerpo a mediados de siglo XIX, ya que amenazaban la supervivencia política del Estado en muchas ocasiones.
La historia de estos cuerpos de Milicias, fue él de una unidad de disciplina militar, sostenida por el erario local. Su misión principal, participar en la defensa de la ciudad en tiempos de guerra, además de prestar el servicio de vigilancia general, así como de seguridad, bajo las órdenes del Capitán General del distrito. El fuero con el que se mantenía la Milicia, era del orden civil, salvo el de sus mandos militares. La organización de este cuerpo tiene origen militar, portando sus propios uniformes, el cual se debía costear de manera personal, el uso del mismo, era obligatorio en todo acto público ó de servicio que así les fuese encomendado. El alistamiento del personal necesario de tropa, así como las propuestas de nombrar sus mandos ó cubrir sus vacantes, eran sólo de responsabilidad de los regidores municipales.


Este cuerpo se mantuvo en la ciudad por un periodo de 80 años, hay que dividir este espacio de tiempo, en dos etapas bien definidas. La primera, en sus primeros 50 años de existencia, apenas tuvo cambios, ni dio grandes problemas, fue una adaptación casi perfecta. Los últimos 30 años de su historia, estuvieron marcados por los vaivenes políticos propios de esta centuria, lo que motiva su desaparición. Habría un momento en su primera etapa, que haber pertenecido a un cuerpo de Milicias, era signo de distinción y respeto por llevar su uniforme, algo que cambia por completo en su segundo ciclo. Lo que llevó finalmente a la disolución de estos cuerpos, que nacieron como una solución y acabó siendo un grave problema, tanto para las entidades que los sostenían, como para la ciudadanía.


Pero en ello queda el recuerdo nostálgico de aquellos cuerpos de las Milicias Urbanas, que hoy son una pieza más de nuestra historia colectiva que admiramos, cuando les vemos actuar en representaciones de la época. l
 

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