Si bien buena parte de las ensoñaciones dibujadas a mediados de los ochenta por la saga de ‘Regreso al futuro’ se han cumplido, otras muchas relacionadas con la confianza en la evolución tecnológica se han quedado por el camino. Sin embargo, adentrarse en Utopía, la macroapuesta de sushi situada en el barrio de Matogrande, deja una sensación a medio camino entre el revival y el futurismo. Y no solamente por el diseño de interiores, una especie de mezcla entre el universo de ‘Blade Runner’ y ‘El Quinto Elemento’ con inspiración oriental, sino porque uno de los casi 20 camareros va sobre ruedas y es un robot con aspecto de personaje anime.
Utopía, como se llama el autómata androide con mirada felina, no es en absoluto un sustituto de la mano de obra humana, sino más bien una ayuda para deslizarse por los más de 500 metros cuadrados del local. El establecimiento se ha diseñado como un buffet, pero con un concepto renovado respecto al dispensario de comida a granel en forma de autoservicio.
Automatización
El cliente paga su derecho a consumir lo que quiera antes de entrar, pero va pidiendo sus comandas a través del smartphone. Es ahí donde entra en juego Utopía, que en lo que sería su espalda tiene hasta tres espacios diferentes para cargarse con los diferentes platos y acudir hasta una de las decenas de mesas. De la cocina al cliente con exactitud, celeridad, sin cansarse y sin importarle los cambios, viajes de vuelta y kilómetros que haya que recorrer.
La clave está en un funcionamiento semejante al de los robots de limpieza rotatorios, ya que tiene interiorizado un mapa del restaurante y es capaz de reconocer a la perfección cada esquina del mismo. A su llegada, incluso interactúa con los clientes. Muchos, sorprendidos, han convertido ya a Utopía en toda una estrella de las redes sociales.
De lo que sí parece haberse impregnado rápidamente tanto Utopía como sus jefes es del concepto de la abuela gallega de toda la vida y su insistencia por acabarse toda la comida del plato. Para evitar la gula que parece entrarle a algunos cuando asimilan un buffet libre, y los kilos de comida desperdiciada en forma de restos, el establecimiento ha incluido una cláusula: se aplicarán dos euros de recargo por cada plato que se pida y no se consuma o no se termine. Las especificaciones de un producto como el sushi, y la fuerte inversión en pescado y producto fresco que ello implica, obligan también a minimizar el gasto. Por otra parte está, además, el concepto de consumo responsable con el que la gerencia quiere sensibilizar a los clientes.
Un hermano desde el lunes
Utopía tendrá un ‘hermano’ en el local, ya que el restaurante al que debe el nombre incorporará un segundo robot, que se encargará de la primera planta.
El coste de cada uno de los autómatas es de 11.000 euros, lo que arroja luz sobre el éxito de la propuesta de Utopía desde su llegada a la ciudad, el pasado mes de diciembre. En la actualidad, la plantilla la componen 7 ‘sushimen’, 4 cocineros y 8 camareros de sala, para lo que supone el restaurante internacional más grande de la ciudad, que parece haberse tomado a pecho lo de la ciudad de la inteligencia artificial. l