Los fenicios eran gente provisora y cauta, dados al principio de ética comercial, cultura semita desarrollada, buenos mercaderes y navegantes, basaban su principio en lo mercantil. En sus inicios no cuentan con espíritu de navegar lejos de su entorno marítimo, al ser avariciosos y ambiciosos. Más tarde, surcan los mares entonces desconocidos. Su recelo y astucia le empuja a guardar el secreto sobre sus aventuras y derrotas náuticas, sacando provecho de su negocio y no dirán nada de su posición en la mar.
Los demás navegantes no serán capaces de descubrir el secreto acerca de los vientos reinantes en que se mueven, su singladura, será la clave en sus éxitos. Los fenicios inician sus viajes tocando puertos del mar Boreal, (Mediterráneo) con el objeto de comerciar por el sistema de trueque, con aquellos pueblos que visitan, hacerse de nuevo a la mar y recalar en sus puertos de Tiro y Sidón.
Debido a la duración de la travesía, disponen de factorías o emporios, donde acumulan sus géneros para transportarlos a los lugares con los que mantienen un comercio regular. Logrando controlar las caravanas que parten para los puntos señalados, llevando con ellos perfumes, especias, oro, plata, marfiles y ámbar, de este último género eran los únicos que lo tenían, entre los pueblos conocidos y los que mejor comerciaban con él.
Expertos tejedores
Eran expertos en la elaboración de tejido fabril, productores de telas ricamente tintadas con una exquisita púrpura y encajes. Se valían para ello del “Murex”, el cual se encontraba en las islas de Laconia, en cuyo punto estos moluscos son una especie que abunda y de calidad.
Dentro del comercio, la elaboración de metales y vidrio, realizado en Sidón, la parte más fuerte radicaba en la navegación. Sus rivales de Creta, (cretenses) se hallan con la expansión comercial fenicia, en pleno ocaso comercial y los semitas se aprovechan de esta situación surcando los mares y entablando competencia con su decaído rival. Nunca se aventuraron en empresas militares. A Fenicia, no se la podía considerar una nación, cada una de sus ciudades, estaba considerada como estado, a cuyos gobernantes les interesaba la parte del comercio que podían obtener, sin importarles ser esclavizados por los imperios de su rededor. Como; Mileto, Egipto, Babilonia y Asiria.
Factorías
Aquellos comerciantes, fundan sus factorías dependiendo de su flujo comercial. Sus colonias dependían de la metrópoli, la cual nombraba a sus magistrados y regidores, movilizaba las fuerzas y cobraba el décimo que le correspondía sobre todas sus transacciones comerciales, para dedicar su importe al culto de Melkart, el Hércules de los tirios, el dios que abrigaba bajo su protección a las naves fenicias y su comercio, en cuyo santuario de Tiro se levantaban dos columnas votivas en su nombre. También la de A Coruña.
El odio, la envidia y los temores de los pueblos mediterráneos, por los negocios harán su aparición sobre el fenicio, debido a la colonización de la Hélade (Grecia) Cuando esto acontece, da inicio a su decaimiento, la hegemonía de Tiro, sobre las demás ciudades nunca será bien visto por el resto de las que forman aquella confederación fenicia, recurriendo al poder heleno, llevando aparejado el debilitamiento de la unión política.
Las factorías fenicias, debían hallarse a distancia unas de las otras de una jornada de mar, estos tenían predilección por lugares que asemejan ser promontorios rocosos y les permite disponer de dos puertos, uno situado al Norte y Sur, para aprovechar los vientos según la estación del equinoccio y navegar por los islotes cercanos a la costa que disponen de radas de poca profundidad, donde podían fácilmente varar sus naves, necesitando para su supervivencia el uso de tierra fértil donde extraer los productos necesarios para sus tripulaciones. Disponiendo de agua corriente, de algún regato o pozo cartesiano. Es posible que A Coruña y Betanzos, contasen con ello para hacer agradable la espera de los mercaderes, mientras aguardaban la partida hacia Tiro, portando en sus naves el valioso cargamento de estaño, extraído de sus célebres Cicas fenicias.El comercio que mantenían los tartesios con la antigua Galicia se remonta a antes del primer milenio de la era cristiana, los fenicios se habían asentado con algunas de sus importantes factorías y embarcar el preciado metal, del cual dependía la parte más importante de su economía, al haberse convertido en un monopolio. Por un texto de Estrabón, se conoce que los tirios poseían el mercado de Iberia, los cuales se apoderan de Tarsis, al derrotar a los Túrdulos.
En el siglo X-IX, a de Cristo, las riquezas que manaban de Tarsis despertaban la codicia de los tirios, las referencias sobre las tierras del estaño se citaban posiblemente desde al menos, dos milenios antes de la Era cristiana, haciendo referencia al metal que aquellos tartesios podían obtener dentro de sus límites territoriales, a la vez de contar con explotaciones mineras en el interior de Galicia. l