La firma del nuevo convenio de hostelería en Guipúzcoa ha sentado un precedente para todo el sector a nivel nacional. Y es que los cerca de 17.000 trabajadores del bares, cafeterías y restaurantes en la provincia vasca tendrán que fichar de manera telemática a la entrada y la salida, con la intención de evitar que se superen las casi 38 horas semanales que establece la normativa. Desde A Coruña se mira con cautela el acuerdo, toda vez que los empresarios y trabajadores vienen de formalizar recientemente la renovación y mejora de un convenio que ha llevado a una subida salarial del 12 por ciento en tres años. 

Según la Asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña los tiempos de descontrol en las jornadas de los trabajadores han quedado atrás hace tiempo, gracias en buena medida a la propia asociación y al trabajo de concienciación de cara a los socios. “La legislación laboral es de ámbito nacional y tiene que ser aplicable para cualquier sector, nosotros no podemos ser independientes de nada”, afirma el presidente, Héctor Cañete. “Se ha avanzado muchísimo en ese sentido y ahora hay una importante campaña de inspecciones por parte de Trabajo; al estar abiertos permanentemente, no tienen problemas para comprobar los cumplimientos”, añade.

Pulseras 
El fichaje guipuzcoano se realizará mediante unas pulseras que ya fueron utilizadas durante la pandemia, algo que el presidente de los hosteleros coruñeses no acaba de ver demasiado práctico. “Hay que marcar los horarios, pero tiene por qué ser conectado a la administración, sino que es algo que ya viene por convenio colectivo, no creo que técnicamente sea muy viable”, subraya. “Insistimos mucho en el cumplimiento de toda la normativa como asociación y las administraciones así lo entienden; tenemos un check list en el que mandamos a todos los socios lo que han de cumplir y el cumplimiento entre nuestros asociados es superior a la media”, prosigue. 

Finalmente, Cañete lamenta que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la situación de los trabajadores, siga existiendo un déficit de mano de obra, algo que vincula a una especie de leyenda negra sobre el sector: “Las condiciones han cambiado, y siguen cambiando para mejor. Se marcan horarios de cierre para cocinas y los trabajadores se preocupan más del horario que del salario”.