Además de revolucionario, el nuevo movimiento vecinal de O Birloque y O Martinete está demostrando una creciente capacidad inventiva y creativa para hacer visibles sus reivindicaciones. La última de ellas tira de retranca e ironía para volver a un lugar común y habitual: el abandono del barrio. El esqueleto de un edificio en la calle de Luis Peña Novo, así como una tubería próxima se erigen respectivamente en la catedral y el obelisco para los residentes.
Como si de una especie de Camino de Santiago se tratase, la senda hasta la ‘catedral’ está señalizada por guías similares a las que marcan el paso de los peregrinos, aunque en esta ocasión se topan de frente con un gigante metálico y el ladrillo. Para Amar Basic, el responsable y una de las caras visibles de la Revolución Vecinal, se trata de una forma de denuncia diferente. “La idea surgió de los vecinos de la plataforma de Monte Martelo; decidimos tomar nosotros la iniciativa de indicar las zonas de peligro y poner bonito todo lo que está abandonado”, explica.
Los más pequeños
Incluso los vecinos más jóvenes del barrio se han puesto manos a la obra, en el sentido literal de la expresión, y se han comprometido con las lucha de sus progenitores. Así, las paradas de bus abandonadas, postes de luz y demás mobiliario urbano han lucido con diversas creaciones artísticas realizadas de forma específica por los benjamines. Eso sí, lamentan que hayan desaparecido de forma misteriosa. “Se ve que molesta, que estamos haciendo ruido”, dicen desde la Revolución Vecinal.
Otro de los caballos de batalla y sueños a medio y largo plazo de Amar Basic y sus cerca de 60 compañeros de plataforma es la recuperación y rehabilitación del río Monelos, para lo que se encuentra incluso trabajando con la Universidad de A Coruña. Como quiera que no hay lucha sin lo que ellos llaman ruido también ese punto del ‘programa’ ha ido de la mano de una actuación con eco en las redes sociales: El cauce por donde fluye el río Monelos, enterrado en la actualidad, fue marcado con las manos de los niños del barrio.
La construcción de un espacio verde y una zona natural se enmarca dentro de ese grupo de actividades alrededor de la dinamización de un barrio que sus propios residentes califican de “necrosado” y hacen un llamamiento a las administraciones para darle de nuevo aire y acabar con lo que consideran un olvido o abandono de las diferentes siglas y colores políticos.
En las últimas fechas, y a pesar de que la viralización fue reciente, la Revolución Vecinal se ha reunido con algunos de los alcaldables, ha editado, creado y difundido un elevado número de vídeos con situaciones complicadas del día a día y, sobre todo, ha sumado adeptos y retuits a una causa más viva que nunca