Nunca es tarde para dar rienda suelta a una pasión. Y si no que se lo pregunten a Suso Martínez, el conocido guía e historiador de la ciudad, quien por primera vez ha decidido escribir una novela histórica. Así nació ‘El rey de los jíbaros’, una obra que presentó ayer, el Día del Libro, en la librería Arenas y en la Autoridad Portuaria, en un acto que remató, como no podía ser de otra manera en su caso, con una visita guiada por las localizaciones del puerto coruñés que aparecen en el libro.
¿Qué narra la novela?
Es una novela histórica, pero como dice un personaje, ‘no busquen la verdad histórica en las esquinas de una novela’. No es histórico, ojalá lo fuera. Es un relato sobre el que llevaba detrás muchos años investigando, y como no pude excavar más históricamente como para hacer un ensayo, decidí hacer la novela. Sí está inspirada en un personaje que existió, y en una historia recogida en la tradición oral, sobre las hazañas de un hombre que se llamaba Manuel Martínez. Oriundo de Estaca de Bares, en Ortigueira, este hombre se habría ido en el siglo XIX a trabajar a Cuba, a Cienfuegos, e inicia una revolución que cuento aquí.
¿Fue difícil condensar una historia tan vasta como la de ese siglo?
La novela se estructura a través de tres documentos históricos que guarda un indiano que estuvo en Cuba y ya regresó, que ya está muriéndose y desvariando, y que habla consigo mismo. La lectura es complicada porque tienes que estar muy atento, ya que este personaje que narra la novela empieza a fabular y se le va la olla. Y además a mí me gusta que sea anárquica, aunque sí hay una cierta organización en estas tres partes, a partir de cada documento histórico, que sirven al indiano para recordar algunas de las historias. Insisto: es una novela compleja de leer, como complejo soy yo, porque además está escrita en castellano de la época, con mucho vocabulario desconocido. Pero me gusta que sea así.
¿Por qué ese nombre?
Jíbaros es la palabra con la que en aquel entonces se le decía en Cuba a los esclavos que escapaban. Manuel Martínez, que trabajaba como capataz, se rebela cuando ve que otro está zurrando a los trabajadores, y escapa. Así, él tratará de organizar a todos los jíbaros para hacer su revolución. A partir de ahí hay muchas historias de amor, sexo, violencia y política que narra el personaje que te decía, el indiano.
“A Coruña es el gran puerto histórico de Galicia: toda la emigración gallega sale desde aquí. Primero fuimos un puerto, y luego ya fuimos ciudad
¿Guarda alguna conexión con A Coruña?
Sí, porque todo inicia allí. El de A Coruña es el gran puerto histórico de Galicia: toda la emigración gallega sale desde aquí. Por no hablar de las decenas de expediciones y aventuras que han partido de aquí. A Coruña primero es un puerto, y luego además una ciudad. Urbano Lugrís firmaba sus murales como MPA: Magnus Portus Artabrorum. La primera vez que aparecemos en la historia es por un investigador que dijo que Julio César apareció aquí y desembarcó en ese Magnus Portus Artabrorum. ¿Qué ocurre? Que luego además ya nos convertimos en ciudad.
¿Cómo conoció esta historia?
Yo pasé mi infancia en Estaca de Bares, y había viejos que contaban parte de los hechos y dichos que yo narro como si fuesen leyendas. Llevaba muchos años queriendo hacerla, y terminé escribiendo una novela histórica porque hay muchas partes que no se pueden probar como para hacer un ensayo. Me atrajo además una conexión familiar: yo también soy Martínez, me gusta pensar que Manuel y yo somos parientes. Y me motivó, al ser novela, poder imaginar las situaciones que vivió este hombre. Creo que tiene un salto a televisión fácil, el primero que llame a la puerta ya me tiene (ríe).
¿Quiere repetir la experiencia?
(Resopla). Esto me llevó años, y de fácil no tiene nada. Me pareció complejísimo darle formato a esta historia. Tendría que verlo. Si me dan un poco de cariño, y veo que la gente quiere saber más, quizá sí, porque la historia podría ampliarse con otros muchos gallegos que estuvieron allí. Hay personajes de la generación posterior a la que sale retratada en la novela, que participaron en la guerra de Cuba, que aún recordaban la revolución de los jíbaros, porque alguno de aquellos gallegos se convirtieron en mito.